~ Capítulo 9 ~

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Después de escuchar esas palabras salir de su boca sentí la necesidad de quedarme. Aunque fuera un capullo supongo que todo el mundo merece tener un hombro sobre el que llorar. Todos somos personas al fin y al cabo.
Me acerqué al banco en el que él se encontraba sentado y me senté junto a él.

–Cuéntame qué te ha pasado.

Solo fue decir una simple frase para que al segundo comenzaran a salir lágrimas de sus ojos.

–No deberías estar viendome así. Nadie puede verme llorar como un blandengue.

–El hecho de que estés llorando no significa que seas un blandengue. Es bueno mostrar tus emociones, desahógate.

–Tonterías....

–Enserio Max? O vamos, no puedes ni siquiera llorar un poquito o estar feliz o enfadado porque es malo mostrarlo? Quieres ser neutral? Sin emociones? Entonces nada tiene sentido, la vida está para sorprendernos, alegrarnos, reírnos, enfadarnos...No para vivirla amargado hasta el último día de nuestras vidas.

–Me sorprende que digas eso después de todo lo que te he hecho pasar durante este tiempo.

–No te preocupes, a mí también me sorprende.

Ví como la comisura de sus labios se elevó levemente formando una pequeña sonrisa.

–Por qué después de todo lo que te he hecho aún así sigues estando bien? Tan perfectamente? Con una sonrisa en la cara ayudando a los demás? Incluso a mi, que soy la última persona a la que querrías ver.

–El hecho de que tu te metas conmigo no significa que deba hacerte lo mismo. Podría guardarte rencor y dejarte aquí solo ahogandote en tus penas pero no lo voy a hacer. A veces, se siente bien tener a alguien que te escuche.

–Sí, supongo que sí.

–Vas a contarme ya por qué estás así o me vas a tener toda la noche aquí?

–Tanto te interesa?

–Más de lo que piensas.

La Luz al final del túnel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora