~ Capítulo 3 ~

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Me dirigí otro día más al instituto, nerviosa de lo que pudiera pasar hoy. Se me olvidó comentar que estoy en 2° de bachillerato y tengo 17 años.
Os preguntaréis por qué digo eso, pues es sencillo, "compañeros".
Esos supuestos amigos, así es como los llaman los padres cuando estamos en infantil y en primaria, pero a partir de la ESO ya no son amigos, y mucho menos en bachillerato.
El caso es que no me va mal, al contrario, saco buenas notas, mejor dicho, sacaba. Últimamente mis compañeros tienen el buen detalle de decirme lo guapa que estoy con mis kilitos de más (que se note el sarcasmo por favor)
De hecho, no estoy gorda pero ellos dicen que sí, básicamente quieren meterme esa idea en la cabeza.
Nunca han conseguido mi atención con esos comentarios y digo nunca porque llevan haciéndolo desde que entramos en bachillerato. "Solo son casi 2 años" pensaréis, pero os puedo asegurar que esas palabras se os acaban clavando como cuchillos y es cada vez más difícil ignorar el hecho de que pueden llegar a hacerte mucho daño.
Bien, pues eso fue lo que me pasó, ignoré esos comentarios desde que empezaron pero ahora se me hace cada vez más difícil.
Al menos no estoy sola, tengo una amiga, se llama Cloe Willor. Nosotras no somos el ejemplo de amigas perfectas que llevan juntas desde que nacieron pero si llevamos mucho tiempo siendo hermanas de otra madre, por lo menos desde que empecé la ESO. Me alegré mucho de poder tener por fin una persona con la que compartir tiempo de mi vida.
Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no escuché que alguien se me acerco por detrás.

–Kat!!!! Hey hola, todo bien?

Era Cloe, siempre me sacaba una sonrisa jajaja.

–Hola Cloe, todo perfecto y tú? Qué tal con la mudanza, estáis muy atareados?

–Bueno, moviendo cosas de aquí para allá, ya sabes, podrías venir algún día y ver como está quedando mi cuarto nuevo, pondré luces led y decoraré todo como yo quiera, será genial!

–Seguro que sí, jajaja, me tienes que invitar a dormir y nos montamos una fiesta con las luces Led.

–No te hace falta invitación, sabes más que de sobra que mis padres te adoran, puedes entrar y salir cuando quieras.

–Pues en ese caso me mudo con vosotros, sería una buena idea, no?

Ambas nos reímos al escuchar ese plan salir de nuestras bocas, sería genial poder vivir las dos juntas.

La Luz al final del túnel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora