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Hacía una semana. Una semana entera desde que Soojin había visto a Shuhua por última vez. Estaba empezando a preguntarse si había reaccionado de forma exagerada. Tal vez lo había hecho, pero todavía se estaba acostumbrando a estas emociones fuertes. Chocaron contra ella, como olas en el bote salvavidas que era su corazón. Al principio no se había movido de la cama, pero luego tenía que hacer algo, cualquier cosa para distraerse. Pero nada de lo que hizo detuvo las olas. Asaltaron, golpeando el barco en las partes más profundas de un océano ya profundo. Le hizo querer darse por vencida, y lo haría, si Soyoen no hubiera venido a casa a buscarla.
Yuqi había mirado fijamente sus ojos perforando un lado de la cabeza de Soojin.
ーVuelve al trabajo. ー Soyeon simplemente dijo, alejándose enojada, mientras Yuqi intentaba calmarla.
Así que aquí estaba ella. De pie frente al apartamento. Vacilando. Sin saber si esto era una buena idea, estuvo mal de su parte irse así. Ella lo sabía, pero Soojin nunca había tenido un buen control de los impulsos. Así que cuando tuvo ganas de correr, lo hizo. Honestamente, se sentía un poco culpable por eso, y esa era la única razón por la que podía entrar al lugar donde vivían las dos.
Girando el pomo de la puerta lentamente, en silencio, se deslizó tan silenciosamente como había abierto la puerta, como una sombra. Para su alivio y consternación, Shuhua se había ido. Soojin se golpeó la cabeza, por supuesto, estaba en la escuela. Caminó lentamente hacia la cocina y abrió la puerta tomando un refresco, de cereza por supuesto, con la esperanza de que calmara sus nervios. Y esperó. Los segundos pasaban.
tick.
tick.
tick.
Lentamente, como granos de arena arrastrados por el viento. El tiempo se mueve como un reloj de arena roto. Era una agonía, ahora que estaba aquí, todo lo que veía le hacía pensar en Shuhua. Y ella ya estaba pensando en la chica todo el tiempo. Constantemente.
tick.
tick.
tick.
La puerta se abrio. El corazón de Soojin se detuvo y se aceleró al mismo tiempo. Se levantó moviéndose hacia el frente del apartamento y miró a la chica que entraba a la habitación. Sus ojos se encontraron con los de Shuhua. Observó cómo la chica corría hacia ella y se preparaba para que le gritara.
Empezó a disculparse, moviendo los labios para decir ーEstoy tan... ー pero un fuerte abrazo la detuvo cuando Shuhua la atrajo hacia sí. Soojin podía oler su aroma, melocotones, melocotones suaves. Se inclinó hacia Shuhua. Agotada por tener que estar lejos de ella. Esperaba llorar, pero se sintió tan aliviada que todo lo que pudo hacer fue apoyar su cabeza en el hombro ajeno.
ーTe perdono.ー Dijo Shuhua, usando su dedo para levantar la barbilla de Soojim para mirarla.
