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Soojin caminó por la calle oscura, su chaqueta de cuero se mezclaba, mientras que su camisa roja se destacaba. No podía esperar a llegar al bar, podía sentir el hambre dentro de ella.
Ella estaba hambrienta de entretenimiento.
Y solo había una forma en que supiera cómo conseguir eso.
Soojin entró al bar y escudriñó la habitación. Una de las ventajas de ser un demonio impulsado por la lujuria era que podía ver la lujuria de las demás también. Las hacía parecer como si una luz roja estuviera brillando sobre ellas. Lo había visto en Shuhua antes, sonrió, no podías esconderte de ella. Sin embargo, lo mejor de este regalo era que, a diferencia de los humanos, sabía a quién podía seducir y a quién no.
Y esa chica en la esquina,
Ella era una que podía.
Soojin se acercó. ー¿Quieres que te compre un trago?ー Dijo, su voz una octava más baja de lo normal, suave como el terciopelo. Y luego se sentó al lado de la chica sus movimientos tan suaves como su voz.
ーS-síー. La chica tartamudeó, claramente sorprendida por su belleza. Soojin sonrió, cómo había extrañado la inocencia de los humanos. Tan fácil, aburrido para un juego largo seguro, pero lo mejor para una noche de diversión.
ーbien entonces.ー Ella susurró ーVuelvo en un minutoー. Podía escuchar los latidos del corazón de la joven acelerarse, otra ventaja de su propósito. Sonaba igual que el de Shuhua, rápido. Soojin se preguntó por qué Shuhua seguía colándose en su mente, especialmente ahora que estaba jugando el juego que tanto amaba.
«Tal vez estoy ansiosa por comenzar un juego más largo» pensó. «Ha pasado mucho tiempo»
Se levantó y tomó los shots. Pagándole al cantinero y enviándole un guiño. Quién sabe, tal vez podría ir a otra ronda cuando terminara. Soojin vio que la chica se sonrojaba mientras le entregaba el alcohol, la promesa de pasar un buen rato borrando todo rastro de Shuhua de su mente.
ー¿Quieres salir de aquí?ー Preguntó, sonriendo mientras la chica asentía.
Esta noche iba a ser divertida.
하늘
Shuhua se acurrucó en la cama de la habitación del hotel, había empacado sus cosas, no es que fuera difícil con todas recién compradas todavía en las bolsas. Seguía pensando en la chica, algo en ella era tentador. La extrañaba, Shuhua se golpeó en la frente.
ーUghー, se quejó para sí misma ー¿Por qué siempre caigo tan rápido?
