Darling Just Hold On (Larry).

22

"Mierda". Pensó Louis.

Estaba en el baño, escucho como la puerta se cerró de manera brusca volteo a ver y era Rubén y tres chicos más.

— Esto va a ser divertido— murmura Rubén —¿A qué has venido? — se cruza de brazos.

El castaño quería irse corriendo, pero si hacía eso, sabía que era peor.

— ¿Qué quieres?— cuestiona ya cansado de la situación.

— Ya sabes lo que quiero — contesta Rubén frío y se acerca — Dame lo que es mío y asunto solucionado.

— No puedo hacer eso, el entrenador dijo...

— Me importa una mierda, quiero lo que es mío. ¿Es tan difícil entender eso? — lo mira desafiante —

— No haré lo que me pidas — niega la cabeza, los chicos se ríen.

— Bueno, entonces afronta las consecuencias, Tomlinson — se va, junto con sus amigos. 

Louis suspiro aliviado, no le hicieron nada, por ahora.

Salió del baño, y fue a la cafetería. Fue hacia una mesa, saco su mochila con sus cosas. Agarro la cámara que se encontraba rota. Miro las partes despedazadas. Era de Harry, sabía que era importante para él. Aún recuerda la expresión del rizado cuando vio la cámara en pedazos. Jamás se perdonaría por no haberle defendido.

Así que cuando el rizado tiro a la basura el objeto, él rápidamente lo recogió. Y se dispuso a buscar soluciones. 

El día de ayer, visito a varias tiendas si podían arreglar, lamentablemente no muchos le daban buenas noticias y en otros lugares le cobraban demasiado dinero para repararlo.

Felizmente existe la tecnología y busco varios tutoriales. No le importaba si se amanecía reparando la cámara hasta la madruga, tenía que hacerlo como sea.

Comenzó hacer lo suyo. 

(...)

Luego de aproximadamente dos horas la cámara estaba casi como nueva. Solo le faltaba un pequeño detalle, intentaba repararlo, pero nada.

Suspiro frustrado y soltó la cámara antes que lo tirara al suelo del estrés. Intento calmarse y comenzó nuevamente.

La puerta de la cafetería se abrió, la persona entro fue hacia la máquina despendedora y compro algo, se sentó en uno de las mesas. Estaba por ponerse los audífonos para escuchar música, pero noto a un castaño y nada contento. Lo miro por unos segundos y decide acercarse donde estaba él. 

— Hola— saluda.

Louis responde de manera fría, sigue concentrado.

— Te vas a quedar pegado a esa cosa— bromea.

El castaño rodó los ojos, Emily toma un poco de su café.

— Demonios— se queja el chico y pone la cámara en la mesa.

— Es tuyo? — cuestiona la rubia curiosa.

— No, es de Harry. Uno de esos idiotas lo malograron. Yo intento arreglarlo, pero solo me falta una pequeña parte.

— Puedo? — pregunta y señala la cámara dando entender que quería agarrarlo. Louis asiente, la rubia lo agarra y lo mira detalladamente. — Mmm, por lo que veo te falta una pieza, pero es chiquita. Por eso no puedes terminarlo.

— ¿Dónde puedo conseguir eso?

— En las tiendas, pero son caras.

— Maldición y ahora que haré.