Mentes Silenciosas

Capitulo XII: Emboscada

CAPITULO XII

EMBOSCADA

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Fue mucho más difícil darse cuenta de que contaban con escasos minutos para abandonar el lugar, desde un inicio Egon pensó que era cuestión de esperar una reacción por parte de Phoenix y que todos estarían a salvo durante cierto tiempo antes de que tuvieran que abandonar su posición.

Por la expresión en el rostro de Caine, Egon entendió que no era el único asustado por lo que se venía encima, aun mas sabiendo que tenían únicamente dos opciones; morir o huir.

Mantén la calma, trató de decirse.

Pero era obvio que su mente no estaba dispuesta a cooperar. Sentía que su corazón iba a estallar de lo rápido que estaba latiendo, pero aun con todo eso encima, puso su mente a trabajar para encontrar la solución lo antes posible. No sería la primera vez que se enfrentaba a los escuadrones elite. Sus patrones de movimiento son muy similares, se dijo Egon, mientras sujetaba con mayor fuerza el cuerpo de Phoenix contra su pecho.

—Ellos van a matarnos— musitó Caine con voz entrecortada. Tenía la frente perlada de sudor y su respiración estaba agitada por la inesperada carrera. Sus movimientos cada vez eran más erráticos mientras luchaba por seguirle el paso— Van a torturarnos hasta que imploremos clemencia o en el peor de los casos...ellos volverán a encerrarnos...creo que prefiero morir aquí.

A pesar de todo, Egon prefirió no responder a sus palabras y giro su cabeza volviendo su atención al frente. La furia se asomaba en sus facciones pero no del todo. Caine podía ser extremadamente inoportuno cuando se lo proponía.

—Seguramente ya todos están muertos...

—Avanza— fue lo único que dijo mientras sentía el sudor resbalar por su cuerpo— Cállate y sigue avanzando.

Caine le dio una sonrisa socarrona pero no dijo nada después de ello.

Continuaron durante algunos instantes sin que ninguno de los dos notara el viento helado que comenzaba a soplar, no hasta el momento en que sintieron como su piel se erizaba y temblaba, como si aquello se tratase de una señal

No fue hasta segundos después que sintieron el suelo vibrar bajo sus pies.

Los ojos de Caine se ampliaron cuando escucharon a lo lejos el sonido inconfundible de los vehículos blindados.

Están demasiado cerca, fue el pensamiento de ambos. Estamos atrapados

En cierto punto, Egon se encontró en la encrucijada de su vida. Sus opciones se veían cada vez más reducidas y la decisión de usar la energía de su cuerpo se volvía cada vez más indiscutible, pero, si usaba el nivel de energía suficiente podría detener a cierta parte de los escuadrones. La desventaja recaía en que con ello lograrían atraer a la fuerza aérea.

No tendrían ninguna oportunidad contra ellos si atacaban por aire.

Se tragó una sonrisa amarga, negándose a dejar salir su histeria.

—¡Luna! ¡Melissa! — el grito de Caine lo hizo volver a la realidad, mientras veía al chico acelerar el paso hasta llegar a las otras dos que parecían igual de asustadas que ellos— ¡Corran! ¡Hacia el norte!

—No— Caine lo observo sorprendido— Esa es la vía más obvia, tenemos que huir hacia el oeste, rumbo a los túneles...es la única manera de ganar tiempo.