4- Puerta

400 51 64
                                    

¿Estás?.- Preguntó Diego, prendiendo su cámara.

Acomodé por última vez mi cabello.

Prendí mi cámara.

Hey... Holitas.- Sonreí, saludandolo.

Voy a prender en unos... ¿Diez minutos?, Para que saludes a tu chat y eso.- Dijo, cliqueando algunas cosas en su computadora.

Bien, bien...- Siento mi cara arder.

Masajee mis mejillas, suspirando.

Voy a mutearme un ratito.-

Diego solo asintió.

Y por fin, prendí mi directo.

La gente entró, felizmente, saludando rápidamente.

¡Hola chat!, ¿Cómo andan chiquitos hermosos?.- Sonreí, ocultando mis manos en mi sudadera.

Mis manos están frías, pero mi abdomen no deja de sudar.

Mierda...

Froté mis manos, sonriendo.

Ahorita vamos a estar jugando con un amigo Mjum...- Asentí, haciendo mi voz un poco más aguda.

"Beto con amigo¿"

"Awebo tienes más vida social k yo"

"Tas bien chulo betito"

"Holaaaaa acabo de llegar que me perdí??"

Eran algunos de los comentarios.

El famoso Barcagamer va a estar jugando un ratito conmigo.- Sonreí.

El chat se emocionó, pues, ya varios lo conocían.

Unos decían que es un tipazo mientras que otros decían que está guapísimo.

Y ambas cosas son ciertas.

Ah... Soy afortunado de ver a el famoso "Barca" en su día a día, recién salido del gimnasio...

Sacudí mi cabeza, tratando de despejar mi pobre mente.

Suspiré.

¡Pues!, Aquí anda en la llamada, así que...- Abrí la llamada.

Diego estaba hablando, con el micrófono silenciado.

Barca, Barca.- Lo llamé.

Mi pierna se movía de arriba hacía abajo, en un acto de nerviosismo.

Beto, beto.- Dijo, sonriendo.

Esto va a ser malo para mi corazón.

¿Ya comiste?.- Me preguntó.

Asentí, dando un pequeño sonido de afirmación.

Es lindo.

Estás algo rojo, ¿Estás bien?.- Preguntó, con una expresión preocupada.

¡Ah! Si, si, no te preocupes, solo... Tengo calor.- Toqué mi mejilla.

Traigo ganas de jugar algo de miedo...- Diego jugó un poco con su silla.

Tengo el phasmophobia.- Sonreí de lado.

Casi parecía que tenía orejas, pues su carita se iluminó y sus orejas imaginarias se levantaron.

Un perrito lindo.

Va, va, va, jalo al phasmophobia.- Se acercó a su escritorio, emocionado.

Jamás había sonreído como un tonto como lo hago cuando estoy con el.

El chico del apartamento 512 ; RobarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora