Satanás en persona (Bill Kaulitz-Tokio hotel) 2ª TEMPORADA

(Temporada II) Cap 17. Lo estoy

- Eh, vamos. Tranquila- me desperté con un mareo de la ostia, y no tenía ganas de nada- ¿Estarás bien sin mí?-
- No me moveré del sofá seguramente- le dije a él, y el termómetro sonó-
- A ver- lo cogió de mi boda, y lo miró- Tienes algo de fiebre- pegó su mano a mi frente, y asintió- Bueno, tranquila. Intentaré tardar lo menos posible, cielo-
- Vale- se agachó al lado mía, y me miró- Gracias-
- ¿Necesitas algo?-
- No, cariño. Estaré bien- sonreí-
- Te quiero-
- Y yo a tí- se me acercó para darme un beso, pero lo detuve poniendo mis dedos en sus labios- No-
- ¿Por qué?-
- No te lo quiero pegar-
- Anda ya, boba- me quitó la mano, y me lo dio al final- Guapa-
- Feo-
- Gracias- reí- Hasta luego, cachonda-
- Hasta luego, hermosura- se me volvió a acercar, y me empezó a besar de la forma que a mí me hacía gracia. Parecía que terminaba de besarme pero me daba unos cuantos seguidos- ¡Tonto, me sonrojas!- rió-
- Porque te amo- me besó de forma esquimal, y se separó de mí- Hasta ahora-
- Hasta ahora- a la media hora de que se fuera, me levanté. Llamaré a butterfly a ver qué se cuenta-

Llamada
- ¿Chocolat?-
- Hola, butterfly-
- ¡Hola, amiga!- sonreí- ¿Cómo estás?-
- Bueno...-
- ¿Qué es ese bueno?- suspiré-
- Estoy regular-
- ¿Y eso?-
- Me he levantado con algo de fiebre, y Bill se fue a trabajar preocupado. Yo también lo estoy, la verdad-
- ¿Voy para allá?-
- Gracias- le dije, y ella rió-
- Estoy en cero coma-
- Hasta ahora-
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- Debe ser ella- me murmuré, y fui a abrir la puerta. Quince minutos después llegó aquí-
- ¡Hola!- nos abrazamos- Niña, estás ardiendo-
- Lo sé-
- ¿Te encuentras bien?- le hice un gesto de "regular"-
- Vente, hablemos- las dos subimos a la habitación que compartimos mi Billy y yo, y nos sentamos en la cama-
- ¿Cómo vais?-
- Bien, muy bien. Espero seguir así, hija mía-
- Ojalá. Oye, ¿cuándo te empezaste a sentir así?-
- Hace una semana y media-
- Oooh-
- ¿A caso tú tienes alguna hipótesis?- le pregunté desesperada-
- No, la verdad es que no. Ay Dios mío, ayer fue tan tierno-
- ¿Sí?- asentí, y me recosté en la cama-
- Me amó en el desván, a la luz de la luna, con una música lentita de fondo y unas velas iluminando la habitación-
- Que romántico- sonreí- Y bueno. Os cuidareis, ¿verdad?- dejé de sonreír-
- No, la verdad es que no- su cara cambió completamente-
- ¿Tienes el período?- me incorporé de nuevo, me estaba empezando a asustar- Rowan, por favor-
- ¿Y si estoy....- tragué saliva-
- Vente- me levantó, y me lanzó los zapatos- Nos vamos-
- ¿A dónde?-
- Al hospital. Necesitas que te vean unos médicos, chica-
- No- me solté de su agarre- No me agarres de la muñeca, por favor. Me sigo asustando-
- Lo siento, no quería hacer tal cosa- sonreí- Vente, anda-
- Sí- cogimos un taxi, ella me obligó, que conste. Me puse tan nerviosa al estar delante del hospital-
- ¿A qué esperas?-
- Tengo miedo-
- ¿No querías niños?-
- Esto ya es serio- le dije nerviosa, y ella me acarició los hombros-
- No conozco a nadie que se haya enfrentado con Belcebú, amiga- sonreí- Puedes con esto. Además, yo te esperaré-
- Gracias-

***
- ¡Hola!- me dijo sonriendo, y yo la abracé- Oh, nena. Tranquila. ¿Qué te dijeron?-
- Es lo que es- le dije llorando, y la abracé más fuerte-
- Eso es una alegría, ¿no?- sonrió- Ven, tengo la manera perfecta de decírselo- me llevó al centro comercial, y compramos: una taza blanca, rotulador negro permanente, y una caja bonita. Me guardé todo en el bolso- Mañana, antes de que se levante, le preparas el café. Te sigo explicando en casa- dijo cuando vio un taxi, y lo paró con la mano. Al llegar a casa, me siguió explicando, y yo estaba muy nerviosa- Tranquila, le gustará-
- Eso espero- la volví a abrazar, y ella rió- Gracias por salvarme-
- Que amiga las loca tengo- las dos reímos, ahora me sentía segura-