(Temporada II) Cap 25. ¡Bienvenido!

314 26 0
                                    

- ¡No puedo!- me tapé los oídos al escucharla gritar, estaba que moría de los dolores-
- Eh, señor. ¿Qué hace?- me terminé de vestir de enfermero, y la miré-
- Ayudar a mi mujer- le respondí, y entré sentándome delante de sus piernas- Muy bien, veamos-
- ¿Bill?- me miró- Bill, no-
- ¿Te da vergüenza enserio?- la miré- A ver, tranquila. Lo harás bien-
- Usted no puede estar aquí, Bill. Necesita apoyarla-
- ¡Bill!- la miré- ¡O te quitas de ahí para que me saquen al bebé, o te dejo cincuenta años sin hacerme el amor y me llevó a nuestro hijo al mundo humano! ¡A parte, pido el divorcio!- la peor amenaza que recibí en mi vida, vamos. Me quité inmediatamente, y la matrona se colocó en su asiento-
- Vamos allá. ¿Preparada?-
- Vale- me agarró de la mano, y la apretó- ¡Mira cómo estoy por tu culpa! ¡No más sexo hasta que vaya a la universidad!- mi preocupación creció, ¿se verdad estaba enfadada conmigo?-
- Tranquilo. Durante el partos es normal que empiece a insultar, la pobre no tiene otra forma de expulsar el dolor- suspiré aliviado-
- No te rindas, nena. Tú nunca te has rendido por nada-
- ¡Me duele!- me apretó la mano más aún, incluso creí que me la llegaría a romper. Vaya fuerza sacó- ¡No puedo!-
- ¡Sí que puedes!- la animó la matrona, y vi como seguía ayudándola- ¡Cielo, ya casi! ¡Has dilatado más aún!-
- ¡No puedo tumbada!-
- Vale, nueva técnica. Ven, incorporate- me costó un poco, pero la ayudé desde la espalda- Agárrate a la barandilla de la cama-
- Vale- con la otra mano cogió la mía, y la matrona le puso bien el camisón para poder coger al bebé- ¡Ahí viene!-
- Sí- empujó de nuevo, y apretó mi mano a la vez-
- ¡Joder!-
- Calma, cielo- le acaricié la espalda, y le besé la coronilla varias veces tratando de tranquilizarla. También le acaricié la mano, y le daba ánimos junto con la matrona-
- ¡Venga, que ya está!- sonreí de saber que pronto veríamos a nuestro bebé, y la seguí animando-
- Tú puedes, nena. Ya casi lo tienes- le quité las lágrimas, y le acaricié el cabello-
- ¡Madre mía!-
- ¡Te ha dolido más porque ya está fuera! ¡Empuja una última vez!-
- ¡Vale!- apretó mi mano, y ya vi que la matrona sonrió. Se tumbó inmediatamente, no podía mantenerse en pie, y yo me acerqué a ella-
- ¿Quieres cortar el cordón, señor de las tierras oscuras?- le sonreí, y lo hice. Me sentí muy feliz- ¡Enhorabuena, es un niño!- se acercó a ella, y se lo dio-
- Billy- sonrió, y se secó las mejillas- Mira- sonreí yo también, y le di un beso en los labios a mi mujer. Estaba tan feliz-
- Bienvenido, amor- él siguió llorando, y fue el llanto más lindo de la historia-
- En cuanto pasen unas horas de descanso, os llevaremos de vuelta a la habitación. Para las seis estarán de nuevo en su calentita estancia- nos anunció-
- Muchas gracias- le dije, y ella salió- Es nuestro hijo, Rowan-
- Lo sé- sonrió- ¡Ay!-
- ¿Qué te ocurre?- la miré
- Que me duele la espalda, y todo el cuerpo- suspiró, y los miró- Te queremos, cielo-
- Te amamos, mejor dicho- le corregí, y ella sonrió. Sin aguantar más, extendí mis brazos hacia él y lo cogí. Lo miré, lo llevé esperando un año entero, así que no pude evitar limpiar las lágrimas de mis mejillas. Mi corazón estaba dando tumbos por todo mi pecho- Hola- él me miró, y yo le sonreí- Soy...soy tu padre- estaba muy nervioso también- Papá Bill, sí. Y ella- la miré- Es mamá Rowan- ella me sonrió- Bienvenido de nuevo, Billy- sonreí, y le di un beso en la frente a mi bebé. Empezó a llorar de nuevo, a lo mejor tenía hambre-
- Creo que sé lo que le ocurre- se lo devolví, y se puso a darle el pecho. Estos momentos han sido los mejores de mi vida, hablando claro, y yo era el hombre-demonio más feliz que existía. No todos los días ves algo tan especial-
- Es precioso-
- Sí- lo miró, y él la miraba también. Vi que tenían un vínculo increíble, y la sonrisa de mi mujer vale más que mil doblones de oro-
- ¡Hola, parejita!- nos asustamos tanto que dimos un bote cada uno- Vaya, lo siento ¡Vine a ver a mi sobrino!-
- ¡Hola, Georg!- ke dije sonriendo, y lo abracé-
- Enhorabuena, tío- le sonreí- Hola, Rowan. ¡Cariño, que maravilla!- ella sonrió de nuevo, y él se acercó- Ooow-
- Es un pequeño Billy- dijo sonriendo aún-
- ¡Es un niño!- asentimos- ¡Genial! Bueno, yo pasaba para deciros que dentro de seis horas volveréis a vuestra habitación. Intentad descansar algo, o si no, acabareis reventados-
- Dudo que ya podamos descansar mucho, Georg- dije riendo- Soy tan feliz-
- Todo el mundo se alegra de esto, Bill- sonrió- Hasta luego, chicos. Adiós, peque Bill- dijo mirándolo con ternura, y se fue. La verdad es que mi pequeño está para comérselo, tan mono, con esos ojazos grandes de la madre y ese cabello rubio claro. Era una preciosidad-
- Mira, cielo- le dije sonriendo cuando se estaba quedando dormido, así que lo cogí y lo llevé a su cuna- Descansa, Billy- lo miré, y le di un beso antes de que se durmiera. Sin duda, uno de los mejores días de mi vida. Ahora, nuestro temor sigue en pie, y todo por culpa de Thomas Kaulitz. Me las va a pagar, por todo lo malo que ha hecho y que sigue haciendo. Y bueno, si se le ocurre tocar a mi pequeño, se va a morir en menos de veinticuatro horas-

¡Bienvenido!

Satanás en persona (Bill Kaulitz-Tokio hotel) 2ª TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora