(Temporada II) Cap 27.

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- Al fin de vuelta a casa- sonreí- ¿Te ha gustado el reino, Billy?- lo miré, estaba balbuceando mientras miraba todo de su alrededor- Eres la cosita más mona de la galaxia- le hice cosquillas, y él rió-
- Le gusta lo que le hace papi-
- Ha salido igual de cosquilloso que mami- ella rió- Sabes, voy a salir a dar una vuelta-
- Oh, oh. ¿Presumiendo de paternidad?-
- Puede ser- le dije mirándola de reojo, y ella rió-
- Tened cuidado, anda-
- Lo tendremos. Pero, ¿por qué no te vienes?-
- Mira cómo está la casa de estos días que hemos estado en el hospital, Billy. Tengo que recoger, limpiar, ordenar, lavar, tender...-
- Alto, alto, alto- la interrumpí- ¿Piensas hacer todo eso tú sola? No, hoy no. Mira, te voy a preparar algo- subí arriba, y llené la bañera para ella. Últimamente está tan estresada que pierde la cabeza, vamos- ¡Nena!-
- ¿Qué?- ella estaba abajo, así que hablábamos alto-
- ¡Mira, ven!- subió, y se asomó al baño- Tú hoy no hagas nada, estás muy estresada-
- Ahora tenemos una responsabilidad más, Billy-
- Pero, no hace falta que te estreses tanto. Descansa un poco, cariño- sonrió-
- Está bien. ¿Te las apañarás tú sólo?-
- Ahora soy un padre responsable- nos reímos- Todo estará bajo control-
- Vaale- nos abrazamos- Te quiero, ya sabes a qué hora le toca el bibe. Sí tienes que cambiarle el pañal, no olvides ponerle cremita de bebé para el culete-
- Todo bajo control, de verdad- rió-
- Nos vemos para la cena, entonces- asentí-
- Tú relájate, y disfruta del baño calentito. Te hace falta-
- Gracias. Hasta luego, Billy-
- Ten cuidado, no te resbales-
- No soy tan torpe- dijo riendo- Oh, vaya- miramos hacia la puerta del baño al escucharlo de llorar-
- Ya voy yo, tranquila. Y, yo también te quiero- le robé un beso, y sonreí- Luego nos vemos-
- Vale- salí cerrando la puerta del baño, y bajé las escaleras con rapidez-
- Ya estoy aquí, cariño. Tranquilo- lo cogí, y en ese momento me recordó a ella cuando era una bebé. Porque son tan parecidos-

Flasback
- Buenas noches, cariño- Catherine la acostaba en su cuna junto a su padre, ya la habían dormido. Yo estaba en una esquina del techo, donde ellos no me vieran, pero yo podía ver a la preciosa bebé que habían traído al mundo- Descansa- cuando salieron, me acerqué a ella, y la miré-
- Duerme bien, mi pequeña Rowy- sonreí, y metí una de mis manos en la cuna acariciando su rostro. Me quedé vigilandola toda la noche, incluso me dio tiempo de preparar unos cuántos de biberones para ella- No, no llores. No me gusta verte de llorar, cielo- me volví a acercar a la cuna, y la cogí- A ver, tienes que tomarte uno de estos- me senté en la silla que tiene su madre para darle la comida, y la cogí como ella lo hacía. La cuidaba como si fuese mi hija- Abre la boca, anda- era invierno en el mundo de los humanos, y hacia un frío de la leche en España. Ella es española, sí, de ahí viene López. Pero, su madre es estadounidense, de ahí viene Rowan. Lo que pasa que Catherine se vino a este país cuando tenía ocho años con su familia, y ahora tiene veinte. Es una mamá muy joven, lo sé, pero es muy feliz con su niña. Y yo también me alegro de haber tenido la oportunidad de cuidarla- Te voy a dar más calorcito- abrí mis alas, y me envolví en ellas envolviéndola también, pues estaba en mis brazos- ¿Estás mejor?- la miré, y vi que me miraba con los ojos medio cerrados- Te quiero, enana- se le acabó el biberón, así que me puse a pasear por la habitación meciendola para dormirla- Duérmete, mañana estarás reventada- al rato cayó dormida, con el calorcito de la habitación, el del biberón y el de las alas se durmió enseguida. La volví a dejar en su cunita, y la miré, sintiendo que por todo mi cuerpo pasaba un sentimiento de ternura increíble. Llevo enamorado de ella desde que nació, y eso ha seguido así y seguirá por muchos años que pasen, aunque ya hayan pasado veinticinco-
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- Mira, Billy. Esa es la torre de Alba, la sabia y anciana hechicera de estas tierras- señalé la torre, y él miró mi mano- Todo esto será tuyo algún día, Bill, y lo llevarás igual que lo llevo yo. Todos quieren verte siendo rey- lo miré, y él rió haciéndome reír a mí también-
- ¡Mira, nena!- un par de chicas adolescentes se quedaron mirando a mi bebé con expresiones tiernas, y yo sonreí- Que cosita más linda. ¿Es tuyo, Bill?-
- Es mío, sí- le dije sonriendo-
- Mi madre fue la que me dijo sobre el embarazo de la reina, Kiara. Mira que bebé más lindo ha salido al final-
- Muchas gracias- le agradecí a la segunda- ¿Disfrutando las vacaciones de invierno?-
- Así es- me respondió la que parecía llamarse Kiara- Tiana y yo hemos salido a dar una vuelta. Y, mira por donde, hemos encontrado a un bebé que está para comérselo. Hola, pequeñín- lo miró sonriendo- ¿Cómo te llamas, amor?- mi niño las miraba con atención-
- ¿Qué te dicen las niñas, cielo?- él volvió a reír-
- Ooow, que risitas tiene. Qué achuchable- nos reímos- Enhorabuena, Bill. El infierno tendrá un heredero muy lindo y simpático- le hizo tonterías a mi bebé para hacerlo reír, y él se descojonaba con ellas- Me encantaría tener un niño así-
- Exige mucha responsabilidad, Kiara- le dije, y lo miré- Tienes que estar pendiente a sus horarios de comida, a sus pañales, a su hidratación, a su higiene, y a su diversión. Pero, ser padre es algo precioso, al menos en mi experiencia. Aunque, siempre hay que echarle coco- ella asintió- No puedes ir libre haciéndole barriga a todas tus novias, eso es algo que se ve irresponsable. Pero, como ella y yo lo andábamos buscando- sonreí de nuevo- Tengo a mi niño hoy por hoy-
- Seguro que la reina está muy feliz-
- Y muy estresada- nos reímos- Aunque, la pobre también lo pasó mal. Fueron cerca de tres horas de parto-
- ¿Y duele?-
- ¿Que si duele?- reí- Me dolían los apretones que me daba en la mano, no me quiero imaginar lo que a ella le dolía. Bill, estate quieto- estaba revolucionandose por completo, es hiperactivo por las noches. A penas podemos dormir-
- Ha sido un honor poder conocer al futuro heredero de estas tierras, Bill. Y también poder hablar contigo. Os deseo lo mejor a la familia real-
- Muchas gracias. Tened cuidado, y no sobrepaseis los límites. Sabéis que el reino vecino salta a la más mínima-
- Sí- los cuatro, incluido mi niño, miramos hacia el horizonte, donde las tierras oscuras de Tom destacaban-
- Bill, escúchame bien- lo miré de nuevo- Nunca, te repito, nunca, jamás de los jamases, por mamá, te atrevas a acercarte a ese lugar. Juralo por ella, por favor. Te voy a proteger siempre-
- Es bueno que no se interese nunca por ir allí, a ese verdadero infierno- asentí- De todas formas, todo el reino estamos pendiente de las nuevas noticias que lleguen desde allí-
- Muchas gracias, chicas. Hasta pronto-
- Hasta pronto. Nos vemos, cosita linda- le hizo cosquillitas, y él volvió a reír- Que bebé más mono, Tiana-
- Desde luego, Kiara. Es tan tierno- hablaban mientras se alejaban. Sí es que mi niño enamora a las más mayores, es normal. Con esos ojitos y ese cabello que me lleva más su sonrisita, ¿quién no se pararía a hacerle tonterías y a verlo?-
- Bueno. ¿Te apetece un biberón calentito? Ya te toca, bichito- le hablé mirando la hora en el móvil, y lo guardé de nuevo- Vente, vamos a sentarnos en un banco al solecito- nos sentamos en uno donde hiciera calorcito, y saqué el biberón calentándolo con mi mano. Saben que los demonios tenemos poderes. Eso me recordó a cuando se lo daba a ella siendo un bebé también hace veinticinco años, cómo pasa el tiempo-

Satanás en persona (Bill Kaulitz-Tokio hotel) 2ª TEMPORADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora