CAPÍTULO 1

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En un movimiento rápido dejó sobre la barra el vaso de whisky que acababa de servir; con la intención de atender otros pedidos.

Un hombre pelinegro de lentes tomó el vaso y lo bebió de un solo trago, luego lo colocó de nuevo sobre la barra con fuerza, provocando un ruido estrepitoso.

El bartender le dio una mirada desaprobatoria y el hombre lo miró de vuelta con los ojos rojos y nublados por la ebriedad, esa sería la primera oportunidad en la que sus miradas se cruzaron durante la larga noche en la que el cliente se había dedicado a beber sin descanso y el empleado a servirle un trago tras otro.

Hyun Gu —como se llamaba el bartender— fue invadido por una extraña sensación, juraría que su corazón se detuvo por una fracción de segundo, pero luego latió frenéticamente y la temperatura de su cuerpo aumentó. Ignoró la inusual condición de su cuerpo, atribuyéndola al cansancio de haber estudiado como loco por meses para su examen de ingreso a la universidad mientras atendía su trabajo de medio tiempo.

— Eres joven —dijo el hombre inclinándose en un intento de leer el gafete en la camisa del rubio— Kang Hyun Gu-ssi ¿Ya encontraste a tu destinado?

— Señor, puede que usted no le note por estar acostumbrado a vivir en un mundo en que cualquiera le hace esa pregunta, pero se trata de un asunto personal que no estoy dispuesto a discutir con un cliente ebrio —espetó con voz motonona, concentrado en preparar un cocktail para otro cliente.

— ¿Sabes qué? Tienes razón, también odio la pregunta ¿A quién le importa si hallaste a tu amor destinado o no? Solo te presionan a correr como desesperado en su búsqueda y casarse cuanto antes con tal de no ser llamado un fracasado.

Hyun Gu entornó los ojos, pocas cosas quería hacer menos ese día que iniciar una conversación con un ebrio, siguió cumpliendo con su trabajo sin responderle, esperando a que el hombre captara la indirecta y lo dejara en paz, sin embargo, este continuó:

— Llevo años buscando a esa persona, he escuchado a cada monje, he brindado oraciones y ofrendas, gasté una fortuna en una consulta con el vidente y no pude encontrarla.

— Quizá está muerta —respondi{o Hyun Gu, e internamente se reprendió por seguirle la charla, pero le era difícil no prestarle atención.

El hombre negó con la cabeza haciendo que varios de sus mechones oscuros se revolvieran y sus lentes se torcieran.

— Imposible Hyun Gu-ssi, el vidente lo sabría, en su momento me dijo que aún no había nada escrito, que tal vez esa persona aún no tenía su piedra.

— ¿Y le crees al vidente?

— No hay motivos para no hacerlo, sus predicciones son tan certeras, todo quién lo visita dice lo mismo. Muchas celebridades y eminencias lo recomiendan.

— Charlatanerías —declaró el rubio con un ademán—. El destino no está escrito, de ti depende lo que haces con tu vida.

El pelinegro soltó un bufido y rio con ironía.

— Es justo lo que mis padres dicen y por eso me quieren involucrar en un matrimonio concertado.

— Hipócritas.

El corazón del rubio seguía latiendo de manera anormal, y el aire a su alrededor se sentía más denso de lo usual, apoyó sus manos en la barra frente a él y con la cabeza gacha tomó una respiración profunda.

"¿Qué me está pasando? Tengo fiebre".

El hombre frente a él seguía inmerso en su diatriba.

— ¡Eso es lo que yo digo! — exclamó el hombre despeinando su cabello en aparente frustración— Si mi destino me pertenece, debería hacer con él lo que quiero.

Red Fate 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora