Cuando ya no tienes nada que perder en la vida solo te quedan dos opciones. O seguir hacia delante o dejar que el infierno te lleve con él. Yo elegí la segunda. Dejé que me tragara y consumiera por dentro. Dejé que se llevara todo de mí. Mi luz, mi color y todos mis estados de ánimo. No sentía, era como una especie de zombi. Me alimentaba porque mi mejor amiga me obligaba, me vestía porque no quería dar el cante por la calle y me peinaba... bueno, no, no me peinaba, simplemente me hacia una coleta desde que salía de la ducha hasta que volvía a entrar. Cada día de mi vida pensaba en que ojalá fuera el último, pero un resquicio de esperanza se quedó en mí. La esperanza de volver a verlos, a sentirlos. Se cumplía un año de la muerte de mis padres. Hoy se cumplía un año de aquel fatídico día.
Me levanté a desgana, como hago siempre. Voy al baño. Me lavo los dientes. Me miro de pasada en el espejo mientras me seco la cara. Tengo ojeras, esta noche no había dormido nada, pero me da igual. Mientras voy a la cocina a prepararme mi café obligatorio me hago una coleta como bien puedo. Me tomo mi café y salgo por la puerta de camino al instituto. Voy en bici, me gusta sentir el aire en la cara. En esta ciudad hay muy pocos días de lluvia y es algo que agradezco. Odio los días lluviosos.
Llego al instituto y Julieta ya me está esperando en la puerta como cada día.
¡Buenos días Ca! ¿Qué tal ha dormido mi princesa?
Bien Ju, pensando en que queda un día menos para pirarnos de aquí - le digo mientras dejo mi bici junto a todas las demás y le pongo el candado-.
Me gusta tu pensamiento. Yo me levanté con el baño inundado. Pero ya te contaré que ha liado Ronaldo... ¡No hay manera de domesticar a ese perro!
¿Entramos? -le digo ya preparada, sin prestar mucha atención a lo de su perro-.
Sí, vamos. -Me agarra de la mano y entramos juntas al instituto-. Desde que mis padres murieron, Julieta dijo que jamás me soltaría y de vez en cuando me lo recuerda agarrándome de la mano en cualquier sitio y de repente para que sepa que no lo olvida, que siempre estará ahí para mí. A pesar de todo lo que la quiero sé que son las últimas semanas juntas. Va a pasar unas vacaciones visitando Europa y después empezara la universidad en Reino Unido, muy lejos de mí. No quiero pensar mucho en ese tema y supongo que ella tampoco, por lo tanto, nos limitamos a pasar todo el tiempo posible juntas porque ambas sabemos lo que está por llegar.
Mi verano supongo que será de lo más normal. Vivo con mis tíos. Ella es hermana de mi madre. Se parecen demasiado y a veces intento no mirarla. Me duele el corazón. A mi tía también le afectó mucho la muerte de su hermana. Vivíamos casa con casa. Estábamos casi siempre juntos. Que si comidas, que si cenas, que si cumpleaños, que si fiestas... cualquier excusa era buena. Mis tíos tienen un hijo, Eiden. Es un poco más mayor que yo. Está en una universidad de aquí, en Portland, pero aun así está demasiado lejos como para hacer su vida en esta ciudad. Por lo tanto, viene algún que otro fin de semana a pasar el tiempo con nosotros. Creo que es como el hermano que nunca tuve. Nuestra relación siempre fue buena desde pequeños. Me protegía, me cuidaba y a día de hoy lo sigue haciendo desde la distancia. Me llama cuando puede y nos escribimos. Me cuenta todo lo que le ocurre en la universidad y yo le cuento lo poco que se me ocurre... básicamente cosas relacionadas con el instituto y con Julieta.
La hora del almuerzo ya había llegado. Odiaba esa hora, todo el mundo me miraba con cara de pena porque sabían que se cumplía un año desde la muerte de mis padres. Estaba en todos los periódicos porque sí, mi madre era conocida en el país. Llevaba las noticias de la mañana hasta que un día la noticia fue ella. Ella y mi padre. Aquella noticia nos sorprendió a todos. Un accidente de moto. Todos los canales hicieron eco de ello, por eso no veía casi la tele y hoy por supuesto iba a ser uno de esos días que quedaría apagada desde la mañana hasta la noche. Ni tv, ni radios, ni periódicos...
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Pensé que sería para siempre.
RomantizmDos personas. El destino. Carolina. Tyler. Encontrándose en el peor momento de sus vidas sin quererlo, pero la electricidad es algo que no se puede controlar. No entre ellos. Pero aparte de la electricidad está el dolor. ¿Quién ganará la batalla? Un...