Capítulo 3: Habilidad

231 25 35
                                    

—Pues creo que está mejor ¿No, Baymax? —el chico de cabellos alborotados se aleja un par de pasos para dejar que su nuevo amigo robot viera las modificaciones que había logrado hacerle a su escáner.

La máquina "parpadeó" un par de veces antes de girarse a ver a Hiro.

—Está funcionando mucho mejor que antes, ¡Gracias! —contesta Baymax en tono alegre. Hiro sonríe.

—De nada. —suspira Hiro, mientras se limpia el sudor de la frente con la manga de su camisa.—me alegra que haya resultado. Tadashi no me dejó ni siquiera un solo plano de tu estructura, así que tenía bastante miedo de averiarte ahora sí.

—Bueno, quizás es por qué sabía que tú podrías descifrarlo... —comenta Baymax. —él confiaba en ti y en tu habilidad para que me reconstruyeras. Aunque ahora que lo pienso, tal vez quería probarte. Ya sabes, cómo un desafío; creo que así se le dice...

—No me sorprendería viniendo de Tadashi. —Hiro soltó una pequeña risa. —él me dijo una vez que un día iba a enfrentarme a los peligros del mundo y que debía estar preparado para improvisar con lo que fuera. No siempre va a haber un molde para trabajar sobre él y puede que tenga problemas. Pero debía recordar que los problemas no existen si sabes cómo enfrentarlos... —hace una pausa para recordar lo que sigue. —lo único que tienes que hacer...

—…es buscar otro ángulo. — dijeron Hiro y Baymax; al mismo tiempo.

—Ja, ese Tadashi... era tan joven, pero sabio.

—Ya lo creo...— murmura Hiro decayendo un poco.

Aún era algo difícil hablar del tema. Durante los últimos años, Hiro y su tía apenas y lo tocaban. Ni una sola vez tuvieron una conversación plena sobre ello por la tristeza que les causaba. Y ahora, hablar de ello con Baymax era algo… incómodo.

De pronto, un enorme estruendo se escucha afuera; causando un sobresalto en ambos.

—¿Que está pasando? —dice Hiro al sentir el suelo temblando bajo sus pies. —¿Un terremoto…?

—Oh, no. ¡Esto no es bueno, hay que salir de aquí!

Baymax usa sus pequeñas piernas para avanzar hasta la puerta, pero se detiene al ver que Hiro no lo sigue.

—¡¿Hiro?!

Hiro está congelado en la ventana. Una expresión de horror pinta su cara; solo que Baymax no la entiende hasta que ve lo que hay al asomarse por el cristal.

¡Una criatura enorme había llegado a la aldea!
No había rastro visible de como pudo haber arribado, pero en la mente de Hiro se hacía la idea de que había sido por el puerto. Era horrenda. Medía al menos unos 4 metros, sus escamas negras tenían un brillo verdoso a la luz del sol, sus ojos parecían estar inyectados en sangre y tenía un par de cuernos que se asemejaban a los de un carnero; sus piernas gruesas y gigantes pateaban y destruían todo lo que estaba a su paso.

El pánico invade tanto al muchacho como a la máquina. Cada uno de forma diferente.

—¡Definitivamente, hay que irnos! —exclama Baymax, y es respondido por un murmullo en la voz de Hiro:

—Tía Cass.

Acto seguido, Hiro sale prácticamente disparado de la casa; cargando consigo la espada que ahora sabía que era para él desde un principio. Si había una criatura desconocida en el pueblo, significaba que su único familiar restante estaba en un gran peligro.

Mientras tanto, Baymax sigue sus pasos por detrás. No era muy veloz, pero lo suficiente como para seguir de cerca a Hiro.

Hiro corrió sin parar hasta llegar el centro del pueblo, donde la gente curiosa había comenzado a arremolinarse. Desde allí se podía tener una vista clara de lo que estaba sucediendo a las afueras.

MI HÉROE [HIGUEL] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora