MI HÉROE [HIGUEL]

Capitulo 12: Fuerza; Los últimos aliados.

El golpe en su cabeza hace que regrese del estado de inconciencia. Todo le duele.
La cabeza le da vueltas y un dolor agudo en su vientre le punza y lo espabila.
Al poner la mano sobre la zona, se da cuenta de que su armadura está manchada de sangre; su propia sangre.

Esto era horriblemente malo.
Y lo peor no era eso, si no la voz detrás de él que lo llama débilmente.

"Perdóname… perdóname, Tadashi."

"¿Kyle…?"

Su voz también sale débil. Apenas puede identificar a su amigo entre la espesura de la noche; viendo como estira la mano hasta él, sin éxito.

De repente, la respiración se Kyle se detiene. Se retuerce en la hierba intentando respirar, sin lograrlo. Tadashi, naturalmente, se angustia.

"¿Kyle?… ¡Kyle!"

Ahí es cuando se da cuenta de la sombra espesa que prácticamente aplasta a Kyle. Lentamente, esta se introduce por su cuerpo: por sus ojos y orejas, por su boca y sus fosas nasales. Luego, Kyle termina por caer inconsciente también. A Tadashi se le salen las lágrimas.

"No… ¡No! ¡Kyle! ¡Kyle, háblame por favor! ¡Kyle Takachiho, despierta!"

Y como si fuera hechizo, el ojo visible de Kyle se abre, destellando con un fulgor rojizo y ciertamente aterrador.

"¿Kyle?"

"Kyle está fuera. Estás completamente solo ahora, Flame."

Esa ya no era la voz de Kyle. Era la voz del demonio que los emboscó.

"No…"

"Pero no te angusties. Ya que estoy usando el cuerpo de tu amigo, acabaré pronto contigo. No te dará tiempo ni de sufrir."

"¡NO!"

Horrorizado y con lágrimas en los ojos, se da cuenta de que no tiene otra opción.

Debe pelear por su vida contra su propio amigo.

"Perdóname, Kyle."

~¡Técnica secreta del fuego!: HELL FLAME! ¡COMBUSTIÓN MÁXIMA!~

Todo su cuerpo se prende en fuego de inmediato. Su armadura se siente más pesada y su herida sangrante se cauteriza, sacándole un grito desgarrador.

Incendió medio bosque, peleó con todas las fuerzas que le quedaban, pero todo terminó cuando el que alguna vez fue Kyle alcanzó a tocarlo. Solo recuerda como perdió la movilidad de todo su cuerpo y cayó al suelo, sintiéndose más pequeño de lo normal.

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Mientras las flamas que emanaba Hiro se extinguen, la energía del espíritu de Tadashi vuelve al interior de la muñeca; como un preso volviendo a su celda después de pelear con otro reo.

El joven genio respira agitado y tembloroso. Está a punto de desfallecer por el cansancio y poco a poco siente sus extremidades arder.

Hasta que una voz familiar capta su atención restante.

—¡Hiro!

—¡Baymax!

Humano y robot se abrazan en cuanto Hiro logra ponerse de pie. Los demás se acercan también; felices por el regreso del robot.

—¡¿Dónde te habías metido?! ¡Creí que…!

—Lo encontré enredado en un arbusto de zarza. Aunque no entiendo como pudo llegar ahí. —Miguel interrumpe a Hiro con una expresión serena, pero exhausta.