Animales Prehistóricos

VI

Alargando las patas posteriores y reduciendo el número de sus dedos a cuatro, tres hacia adelante y uno hacia atrás, fue como los primeros reptiles se empezaron a equipar para correr sobre sus patas traseras, y para cazar a sus presas.

Ingenia. De Ingenia Khobur. Al parecer, pariente del Oviraptor, pero un poco más pequeño. Su dieta es un misterio, pudo haber sido un omnívoro que con su pico y sus garras curvadas picoteaba y atrapaba insectos, huevos o animales con caparazón (como caracoles o crustáceos), animales pequeños, raíces y semillas, o pudo consumir huesos, carroña o incluso vegetación.
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Velocirraptor. Ladrón veloz. Aunque pequeño, era uno de los dinosaurios más brutales y espectaculares. Se considera un cazador inteligente, rápido y muy ágil. Pariente del Deinonychus y del Dromaeosaurus, compartía con ellos la característica garra en forma de hoz, pero se diferencian por su cabeza larga y achatada y un hocico alargado.
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Ultahraptor. Cazador de Utah. A pesar de su gran tamaño, era bastante ágil y rápido. Cada uno de sus afilados colmillos era de tal tamaño de un pulgar humano. Poseía una garra de 20 cm en forma de media luna con la que hería y mutilaba a sus presas herbívoras. Su rígida cola le ayudaba a mantener el equilibrio cuando se apoyaba de un pie para patear con el otro.
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Dromaeosaurus. Reptil corredor. De cuerpo delgado, corría velozmente sobre dos patas. Tenía cabeza, ojos grandes y mandíbulas poderosas con dientes como colmillos. Las extremidades anteriores eran pequeñas pero poderosas, armadas con garras afiladas; las posteriores eran fuertes y aptas para correr y saltar. En cada pie tenía una enorme garra en forma de hoz.
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Troodon. Diente que hiere. Tenía grandes ojos, aguda vista y gran profundidad de campo. Era un veloz corredor que atrapaba sus presas con sus fuertes mandíbulas. Caminaba erguido sobre las patas traseras y alzaba la cola para mantener el equilibrio mientras corría. Al parecer era de sangre caliente.
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Saurornihoides. Reptil tipo ave. Su cráneo semejante al de un ave, albergaba un cerebro grande que le confería una inteligencia superior. Sus enormes ojos estaban situados adelante y le permitía visión binocular para medir la distancia entre objetos. Al parecer de hábitos nocturnos, su agudo oído le permitía estar alerta para acechar presas que atacaba con sus garras.
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