Animales Prehistóricos

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Los grandes carnívoros estaban en constante movimiento; para ellos, mantener el equilibrio era vital, ya que si se tropezaban, se arriesgaban a sufrir grandes daños pues sus diminutas patas delanteras no les servían para sostener la caída.

Suchomimus. Imitador de cocodrilos. Poseía un hocico largo y mandíbulas estrechas con 100 dientes no muy afilados y curvados. Al extremo del hocico estaba engrosado con dientes más largos. Tenía extensiones elevadas en las vértebras que sostenían una cresta. Este dinosaurio era masivo y poderoso, comía peces y carne y tenía patas anteriores muy fuertes y una garra enorme.
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Spinosaurus. Reptil espinoso. Poseía una extravagante vela en el lomo, que era un enorme repliegue de piel sostenido por espinas de dos metros con la que controlaba la temperatura corporal, atraía hembras y amenazaba rivales. Tenía el hocico largo con dientes finos, afilados y poco aserrados, por lo que se cree que se alimentaba de carne blanda como carroña en putrefacción.
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Neovenator. Nuevo cazador. Estaba emparentado con el Allosaurus, pero su construcción era más liviana. El gran cráneo de este feroz depredador tenía mandíbulas con 50 dientes afilados como cuchillas de 5 cm de longitud. Las garras de sus extremidades delanteras medían 13 cm. Sus largas patas traseras le permitía desplazarse rápidamente hasta alcanzar grandes velocidades.
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Tyrannosaurus rex. Reptil tirano. Con un cráneo de 1,4 metros, tenía 59 dientes de más de 20 cm. El cuello era robusto y grueso, y su boca y su boca podría abrirse tanto que se uniera tragado una persona entera. Soportaba su peso sobre sus grandes extremidades posteriores. Su cola rígida y extendida horizontalmente hacia atrás para contrapesar la cabeza y el cuerpo para correr con rapidez.
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Albertosaurus. Reptil del Alberta. Con una cabeza grande, hocico corto, dientes largos y afilados en fuertes mandíbulas, brazos minúsculos y dos dedos en cada mano, tenía una cola larga, cuello grueso y un pecho alto y ancho que le ayudaba a equilibrar el tronco a la altura de la pelvis. Las costillas suplementarias les permitían descansar sobre su vientre, sin aplastar sus entrañas.
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Acrocanthosaurus. Reptil con espinas en lo alto. Este grande y aterrador carnívoro tenía una aleta de con espinas de 40 cm de largo en la columna vertebral para alejar rivales, atraer parejas o controlar la temperatura. Si brazos largos terminaban en dedos con poderosas garras, en forma de media luna, para agarrar y desgarrar. Su cráneo era largo al igual que sus afilados dientes.
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