Animales Prehistóricos

XXI

Mientras los dinosaurios conquistaban la Tierra, otros reptiles retomaron a las aguas de los lagos y los mares para sacar provecho de la gran cantidad de alimento que allí se encontraba. Eran grandes carnívoros y buenos nadadores; algunos eran similares a las iguanas marinas actuales, otros a los dragones de Komodo y los más impresionantes eran parecidos a ballenas con cabeza de cocodrilo. Los reptiles marinos no tenían agallas como los peces, debían subir a la superficie para respirar.

Cryptoclidus. Reptil de Lario. Este reptil oceánico se readaptó a la vida en el mar mediante la transformación de sus extremidades en aletas largas y anchas. Al principio se creyó que utilizaba las aletas como grandes remos, pero ahora se cree que las movía verticalmente, como las alas. Al igual que los mamíferos acuáticos actuales, tenían que salir a la superficie para respirar.
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Liopleurodon. Dientes de lados lisos. Por sus impresionantes mandíbulas de casi tres metros, con dientes afilados, se sabe que era carnívoro y que cazaba a la mayoría de los animales marinos de la época. Se han encontrado fósiles con restos de sus víctimas: tiburones, calamares gigantes y otros marinos, como el Ictiosaurio.
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Plesiosaurus. Cercano a los reptiles. Tenía una cabeza estrecha, triangular y con hocico puntiagudo, ideal para deslizarse en el agua; cuello largo, cola delgada y dos pares de aletas. Aunque su hocico era pequeño, su boca se abría ampliamente y tenía dientes ideales para atrapar peces. Su piel era suave, no escamosa. Lo más probable es que perseguía sus presas en vez de esperarlas.
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Eslasmosaurus. Reptil plano. Era el Plesiosaurio con el cuello más largo (6 metros) y su forma lo hacía más ágil y veloz. Sus hábitos predadores le exigían movimientos bastante precisos, como giros inesperados o movimientos del cuello, para capturar presas veloces. Por lo general comía peces, calamares, amonites y otros animales marinos.
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Kronosaurus. Reptil del tiempo. Era uno de los más grandes del grupo, con un cuello corto y grueso. De complexión robusta, era hidrodinámico, rápido y feroz. Sus potentes mandíbulas tenían afilados dientes de 25 cm de largo para capturar presas grandes. Nadaba con sus cuatro extremidades: aletas largas, anchas y potentes. Empleaba su cola como timón.
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Temnodontosaurus. Tenía la figura adecuada para atrapar presas rápidas: hocico largo, cuerpo en forma de barril y cola con dos potentes lóbulos. Sus ojos, los más grandes de cualquier animal, medían 26 cm de diámetro y estaban rodeados de finas placas óseas que le servían para protegerlos. Los usaban para cazar peces de noche o en zonas profundas.
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