●13 - 14○

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El castaño ojos marrones rió, a la vez que secaba sus lágrimas. -Ya en serio- dijo con voz quebrada, para luego sorber su nariz. -Eso, ¿Qué significa?-

Alberto sujetó aún más fuerte la mano de su mejor amigo ante el leve movimiento del vagón, esto mismo hizo que comenzara a caminar, pues el tren ya había empezado su camino.
-No lo sé- admitió con una sonrisa melancólica. -Averígualo por mi y cuando regreses me cuentas-

Luca asintió.
El tren iba cada segundo más rápido y Luca, desconcertado, se concentró en mantener el cálido contacto con la mano del contrario.
Hasta que fue difícil mantenerse juntos, se soltaron.

Alberto corrió bajo la lluvia, transformándose en su verdadera forma y despidiéndose de Luca. -Addio, Luca- gritaba, llevando su mano derecha hacia su sombrero, para moverlo de un lado al otro.

Paguro sentía las gotas caer sobre sus escamas, mientras elevaba su mirada del océano azul al cielo del mismo color.

Todo estaría bien y se volverían a ver, las siguientes vacaciones.

🍦🐚🌊⛱

Caro Alberto

Tengo buenas noticias, ayer Giulia y yo terminamos nuestro año escolar. ¿Sabes lo que significa eso?
Mañana esperamos estar de nuevo en Portorrosso.

Hay tantas cosas que quiero contarte, como lo que aprendí en la clase de Biología o Astronomía avanzada. También la reacción que tuvieron nuestros compañeros cuando les mostré mi otra forma.
Pero sé que no me alcanzará el tiempo ni el espacio para decírtelo todo por carta, así que espéranos.

Ya quiero verte y escuchar como ha estado todo por allá en mi ausencia.

Te quiere, Luca.

-Wow, Machiavelli- comentó el chico rizado hacia el minino. -Luca ha mejorado mucho su ortografía durante este año. Aprende rápido-

Alberto se encontraba tendido entre la cama y el suelo de su habitación, leyendo la carta de su amigo que había llegado justo esa tarde. No esperó nada para leer su contenido y emocionarse en cada pequeño párrafo.
Al terminar la última palabra, dobló con sumo cuidado la hoja y la colocó junto al resto, en un cofre especial donde atesoraba cada una de ellas.
Había guardado otras cosas que el menor le había enviado, como dibujos que realizaba en clase, una foto de él y Giulia con su uniforme escolar, que a la vista de Alberto, le parecía adorable.

-Buona notte, micio-
El gatito dormitaba sobre la cama del chico, manteniendo su cara de pocos amigos que siempre mostraba. No lo malinterpreten, el niño le caía bien, pero esa era su cara ¿Qué podía hacer?

A la mañana siguiente, Scorfano fue despertado por el Señor Marcovaldo, con quien irían de pesca como dictaba su rutina.
-Alberto, per favore tira bien de la red- pedía Massimo con paciencia. El joven monstruo se notaba muy distraído esa mañana.
El mayor sabía muy bien a que se debía, así pues le dijo que podían retirarse más temprano hoy para poder ir a recibir a sus amigos.

-Fabuloso, iré a avisarles a los Señores Paguro- comentó, para lanzarse al agua. -¡Gracias papá!- gritó emocionado antes de darse cuenta de lo dicho. -Oh...yo lo siento...Señor Marcovaldo- se disculpó lo más rápido que pudo.
Ante esto, el contrario sonrió y dijo: -No te preocupes-
Para luego ver la cola morada de Alberto alejarse poco a poco.

○° Piacere, Girolamo Trombetta •●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora