Cap 12• [ Sin cordura ]

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⚠️ Peligro-cordura baja ⚠️

De nuevo sonó esa molesta alarma en la cabeza de Shīto.

Shīto: ¡Cállate maldita sea!

Y como decía la alarma, la cordura de Shīto está demasiada baja. Ya no puede pensar de manera cuerda.

Lo único en lo que puede pensar Shīto es en comer.

Literalmente comer.

Sin importarle el agujero en su abdomen, Shīto embistió por segunda ves al hombre que lo atacó.

El hombre solo lo esquivo haciéndose a un lado. Pero Shīto no se detuvo ahí. Con un grito Shīto siguió corriendo, pero ahora en contra de las demás personas.

El único chico del grupo que quedaba apunto su palma a Shīto, y de su mano se formó un círculo mágico de color verde.

Shīto siguió corriendo sin importarle esto. Un gran error.

De repente su cuerpo cayó al suelo de forma repentina.

Sus piernas que antes habían sido destruidas, volvieron nuevamente a ser destruidas por unas balas de piedra.

La única diferencia, es que ahora, esas piernas no eran reales, solo eran unas prótesis hechas de madera.

A una velocidad descomunal volvieron a crecer y por la posición en la que estaba corrió en cuatro patas hacia quien lo había atacado.

A unos pasos de alcanzarlo, fue tacleado por el hombre que lo atacó con la lanza anteriormente.

En el aire, Shīto dió una patada que golpeo de lleno en el rostro de su adversario.

¡Crack!

El golpe fue tan fuerte que lo mando a unos metros lejos de el, para al final estrellarse en el suelo al igual que Shīto.

Se escuchó un grito proveniente de una de las chicas presentes.

Shīto se levantó rápidamente con un kip-up, en cambio su oponente, se quedó ahí tirado en el suelo si hacer ningún movimiento.

Shīto aprecio lo que su golpe había provocado.

El cuello del chico estaba totalmente roto. Su cabeza está volteada en dirrección contraria a la que debería estar.

Por la casi nula cordura que tenía, lo único que hizo fue correr y con mucha fuerza patear el cuerpo inerte del chico.

Nuevo título obtenido:

- Despiadado.

Shīto dió un gran salto esquivando una bala de piedra que fue disparada desde su espalda.

Nada más tocar el suelo disparado muchas enredaderas de forma frenética en contra de todos.

Las enredaderas golpeaban el suelo con mucha fuerza como si fueran látigos, destruyendo todo el suelo alrededor.

El chico que había disparado las balas de piedra ahora había creado una esfera en forma de escudo dónde sus compañeras entraron para protegerse de los ataques.

Shīto atravesó el cuerpo del chico muestro con unas ramas y absorbió su energía.

Los ataques de Shīto cesaron y los chicos podían salir.

Sin perder el ritmo, Shīto se abalanzó contra ellos con las garras de madera e intento conectar varios golpes.

Daba muchos golpes a diestra y siniestra, pero muchos solo rasguñaban la piel del chico y otros solo rozaban.

De tal el humano, tal la planta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora