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—Tweinty one years and he's on the right path —sonrió ligeramente, mirando a la pelirroja que comenzaba a ruborizarse—. But sometimes he wonders if he grew up too fast and missed out on the little things.

[M E S E S   A T R Á S]

—¿Y eso? —preguntó Gilbert, levantándose de su silla, empujándose con los brazos de modo que sus músculos se marcaran en la camisa azul.

—¿No conoces los modales? —atacó con una sonrisa, llevaba una ceja alzada y en su mano una linda y delicada caja que posó sobre el escritorio del chico— ¡Feliz cumpleaños! 

Gilbert parpadeó varias veces, mirando el contenido de la caja por encima del espacio transparente que dejaba en lo alto. No era muy grande, pero se veía deliciosa. Al instante reconoció el chocolate y las cerezas alrededor. 

—No soy la mejor cocinera, pero... 

—¿La hiciste tú? —la sorpresa del pelinegro se hizo más prominente y Anne asintió avergonzada— Vaya, se ve deliciosa —relamió sus labios—. Gracias, Anne. 

—No es nada, solo una pequeña tradición empresarial —se excusó en una enorme mentira—. Pero espero que tenga tan buen sabor como aspecto —siguió al ver que Gilbert abría la caja. Al lado, dentro, se encontraban dos velas azules que formaban el número veintiuno—. No creo en eso de que los colores tienen género, pero casi siempre llevas algo azul y creí que quizás... 

—Es mi color favorito —concluyó, y de haber sido por él la habría abrazado allí mismo, pero no sabía qué tan apropiado era eso. Apenas se conocían. Y aun así Anne se había tomado el atrevimiento y tiempo de prepararle un pastel—. Hablo en serio, gracias, Anne. No era necesario que... 

—¡Claro que lo era! —interrumpió— Al menos acéptalo como un pedido de disculpa por mi mala educación la semana pasada. 

Gilbert le asintió con una linda sonrisa, sin sabes exactamente qué hacer. Volvió  a mirar el obsequio e inclinó los labios, deseoso de lo que observaba—. Si es así como te disculparás entonces deberías ser descortés con más regularidad —llevó un dedo al pastel, retirando una cantidad de la cubierta de chocolate, y lo probó. Su rostro de placer fue suficiente para que Anne supiera que no había salido tan mal. 

—Bueno... las velas... ya sabes, puedes soplarlas con los demás. 

—¿No te quedarás? —pareció desilusionado, probando otro poco de chocolate. A ese paso terminaría comiéndose todo él solo. 

Anne negó—. Tengo que ir a la universidad, pasé por aquí para entregarte tu regalo, pero estoy llegando tarde. Si papá me ve...

Gilbert terminó de saborear lo que sobraba de cubierta en su dedo índice antes de interrumpir.

—Ven a mi casa esta noche. 

La pelirroja aguantó la respiración. 

—Mierda, eso sonó realmente mal, ¡lo lamento! ¡No era mi intención, lo juro! Solo... yo... hum... olvídalo. 

—Está bien —trató de ocultar el rubor en su rostro, aunque le fue imposible—. Sé a qué no te refieres, pero será mejor que me vaya. 

Gilbert hizo una mueca de desánimo y pena. Había hecho el ridículo. ¿Qué pensaría Anne ahora de él? No pretendía ser un depravado. Pero claro, un "Ven a MI CASA esta NOCHE" no era la mejor invitación a comer pizza por tu cumpleaños. 

ALONE; Shirbert [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora