Capítulo 27

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Han pasado dos meses desde la locura de Catalina.

He hecho innumerables entrevistas con la policía, explicando los eventos de ese día.

La prensa también ha estado acosándome sobre el nacimiento del bebé real.

Pero, por una vez, Aiden y yo tenemos un momento para relajarnos en casa, viendo la tele y con algo de picar.

- ¡No pensé que las cosas se calmarían nunca! - digo mientras estiro mis piernas que están justo encima de las suyas.

Alice suelta un pequeño gemido mientras duerme, eso nos hace recordar que las cosas nunca estarán tranquilas.

Parece que el universo me ha escuchado, ya que el teléfono de Aiden empieza a sonar, haciendo que se ponga en pie para poder responder.

- Sí, soy el Sr. Stewart... Bien... Bien... Gracias, detective. - dice mientras cuelga la llamada y me mira mientras levanta una ceja. - ¿Quieres una actualización sobre Catalina? -

- Claro. ¿Qué novedades hay sobre ella? -

- Finalmente se declaró culpable. Aún no han elaborado una sentencia pero se irá por mucho tiempo a la cárcel y recibirá el cuidado mental que necesita. -

- ¿Por qué se volvería contra mí de esa manera? ¿Cómo no lo vi venir? - pregunto mientras me tapo la cara por la vergüenza.

- ¿Cómo podrías? Ninguno de nosotros lo hizo. Ella no está bien. No es culpa de nadie, di de ella tampoco. -

- Realmente pensé que era una de mis amigas más cercanas... - suelto en un suspiro. 

- Ya no tenemos que preocuparnos por ella. Está fuera de nuestras vidas. -

- Hablando de vidas, tenemos que irnos, toca asistir a la fiesta de tu madre. -

- ¿Podemos llamar y decir que estamos enfermos? - Aiden se retuerce en el sofá, parece que hoy está un poco perezoso.

- No, es importante para ella. Vamos, voy a empezar a prepararme. -

Me levanto decidida y me voy a la habitación para ver qué puedo usar para esta noche.

Al rato me decanto por un vestido azul cristal hasta el suelo, con una pierna descubierta, y con pequeños cristales plateados por el pecho.

Cuando estamos todos vestidos y preparados, somos llevados al Palacio Real.

 Cuando atravesamos la entrada principal, nos dirigimos a la sala de reuniones o también llamada sala de fiestas.

Solo entrar a la sala, vemos a Chandler y Rachel, que tienen una copa de champán en sus manos.

En estos dos últimos dos meses, Rachel y yo hemos "solucionado" los problemas.

Digo solucionado entre comillas ya que, ella no se mostró como una verdadera amiga, pero eso no es lo que más me pudo molestar.

Trabajaba para mi, no cumplió con su trabajo y prefirió tirarlo todo por la borda.

Después de algunas conversaciones, no puedo negar que le tengo un fuerte cariño y le considero una amiga, aunque ya no trabaje para mí y no seamos tan cercanas como antes.

- ¡Chandler! ¡Me alegro de que hayas podido venir! - exclama Aiden mientras se acerca para darle un abrazo.

- ¿Estás bromeando? ¿Y perder la oportunidad de ver a esta preciosidad? -

Chandler se acerca al carrito de Alice y empieza a acariciarle la mejilla y poner algunas caras graciosas.

- Todavía es muy pequeña para responder a esos estímulos, pero eres genial con los niños. - digo encantada.

El bebé de la RealezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora