- ɪɴᴛʀᴏᴅᴜᴄᴄɪᴏ́ɴ -

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"¿Qué eres?"

Estoy sentada en la barra del bar. La mesera está atendiendo a algunos clientes mientras yo espero mi bebida.

Pido simple agua mineral, en un prostíbulo no hay muchas cosas que se puedan beber pero sí comer. No es la mejor comida pero por lo menos puedo comer 3 veces al día.

Hay unas cuantas chicas trabajando, otras sobre regazos de clientes, entrando y saliendo de los salones privados, de los baños y vestidores. Chicas atienden la barra, todas con sus esbeltas figuras, sus atuendos que dan mucho a la imaginación y con unos enormes tacones.

Si, mi madre trabaja aquí desde los 14 eso pasa cuando eres madre joven pues tuvo la típica historia de un padre que nunca se hizo cargo, su familia la rechazó y tuvo que valerse por sí sola.

Alida me sirve mi vaso y procede a retirarse pero antes de irse le quedo viendo a sus ojos almendrados, ella es una chica de no más de 25 años. Sabe lo que quiero así que solo agarra la botella de vodka y la sirve sobre mi vaso. A mamá no le agrada que haga esto.

Parece que madre tiene una buena noche, aunque lo niegue cada noche la cuido y ya me he entrometido en uno que otro pleito por ella. Tiene algunos clientes a su alrededor.

Giro mi silla devuelta en dirección al bar me siento incómoda al observar a sus compañeras. No porque tenga conflictos, pero suficiente tienen con tener que vender sus cuerpos y no me parece correcto quedarse viendo.

Siento como una nueva energía se posiciona en la silla de alado, huele a loción masculina, cigarro, dinero y... ese extraño toque de elegancia. Confundida, centré mi atención en aquel hombre, no es extraño que hombres como él vengan aquí. Prostíbulo y todo pero tiene su reconocimiento. Pide un whisky, predecible.

Fija su mirada en mí al notar la mía.

—Pequeña, ¿tú qué haces aquí? No pareces trabajar aquí —Entrometido.

—Que te valga— Detesto hablar con los clientes, los hombres, con la humanidad en general. Momento adolescente rebelde

—Esa boquita...—Dice en un tono de advertencia— Te lo volveré a preguntar, ¿qué haces aquí?— y toma asiento, parece que está conversación no valla a ser corta.

—Mi madre trabaja aquí y no tiene donde dejarme, soy responsable y estoy segura que tengo la fuerza e inteligencia como para estar aquí esperándola mientras termina su turno.

—Hasta donde sé su turno termina hasta las siete de la mañana, ¿me equivoco?— Deja la duda al aire.

—No te equivocas.

—¿Y donde piensas dormir, nena? ¿En un cuarto privado? Sería buena idea, se aíslan todos los sonidos.

—No, esos lugares son muy sucios y apestan, más tarde iré a los vestidores donde hay una zona de descanso decente.— Petulante, primero con su estupido apodo de "pequeña" y ahora le interesa donde duermo. Idiota.

—Curioso, no idiota.

—¿Qué...?—Me derrite por dentro su mirada penetrante, tuve que detenerme con mi insulto guardado.

—Tengo algunas ventajas, ¿Cuál es tu nombre y edad?.

Ahí es donde entiendo que debo contestar, demasiados libros me han enseñado 2 cosas:

1. Oh es un mafioso que lleva tiempo investigando cada paso que doy.

2. Es un maldito demonio que viene directo desde el infierno.

—Mi nombre es Venus Arial Chaffino —si, como el nombre de la fuente de letra— y tengo 14 años de edad.

—Venus... —Es como si arrastrara cada letra de mi nombre entre su lengua —Diosa romana de la belleza —Me ve con una sonrisa maliciosa —Soy Aken, tengo 26 años de edad.

—Genial, ya nos conocimos, — Solo intento hacer que se calle y me deje en paz de una buena vez —Fin. ¿Estás contento? Excelente. Adiós— En un intento fallido de levantarme y largarme me agarra de mi antebrazo obligándome a quedar de espaldas a él. Está parada entre sus piernas, mierda.

Cabe aclarar que las sillas son altas por ende está extraña posición.

—No, no, nada de adiós falto yo— Su maldita sonrisa lobuna, que gran hijo de puta.

—No soy un "gran hijo de puta", soy más un como un...— Piensa por un momento —Daddy— De un momento a otro me sujeta de la cintura y me sienta sobre su regazo, dejando su enorme mano sobre mi cadera, inmovilizando.

—¿Qué...?

—Yo lo sé todo, como iba diciendo, ahora yo conozco un poco de ti por lo que mereces saber un poco de mi. Espero volver a encontrarnos pequeña —dice con una sonrisa burlona.

—No me llames así, gilipollas—Acercó tanto su rostro que nuestras narices se estaban rozando.

—¿Cómo me acabas de llamar? Arial— Dios, sonaba molesto.

—Gilipollas— digo con seguridad, sin miedo.

Aleja un poco su rostro —¿Te harás la fuerte enfrente de mi? ¿Crees que no se con todos los problemas que cargas? ¿Dónde está tu padre? Tu madre es toda una puta, sin expedientes de noviazgos, ni primeros besos, ni fiestas ni nada que un adolescente alborotado haga. ¿Y por qué? Justamente porque temes terminar como tu madre.

No me queda mas que quedarme callada, es la verdad y no me gusta como suena.

—Wow— suelta una risa sin gracia —La pequeña Venus no tiene palabras...

Sin nada más que decir se levanta bajándome de su regazo y se va.

🥀🥀🥀

Quédate leyendo más para averiguar toda esta nueva etapa llena de aventuras le esperan a Venus.

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¡Nos leemos! :)

🥀🥀🥀

A.

Mi Inocencia | A.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora