Proyecto Diavolo.

Capítulo dos.

"Pero su cráneo parecía contener dos cerebros, estaba hendido como una nuez: una mitad era de Einar, y la otra, de Lili."

La chica danesa.
David Ebershoff.

—¿Te encuentras bien? —Nichol extendía la mano para ayudar a su hermano menor.

Jesse se encontraba en el suelo, su padre lo había encontrado de nuevo con un vestido puesto. Cuando entró por la puerta y vio aquella escena, su padre se abalanzó sobre él y estuvo golpeándolo alrededor de diez minutos hasta que fue llamado por el mayordomo para que atendiera una llamada.

Todo aquello se había vuelto una rutina desde hace medio año, en que el padre encontró al pequeño utilizando el maquillaje de su madre sin que nadie lo viera. El padre siempre culpaba de ello a su pareja, pero esta simplemente respondía con "no es como si me importara que es lo que suceda con ninguno de los dos, así que si quieres matarlos, puedes hacerlo".

Jesse y Nichol Huxley eran mellizos, su padre era un gran empresario que había heredado una cadena de alimentos empaquetados que nació a mediados del siglo anterior. Era sorprendente cuanta fortuna se podía hacer con latas que no pasaban de un dólar cincuenta.

Los niños nacieron en cuna de plata, pertenecían a lo mas bajo de la clase alta, pero los lujos nunca faltaron. Su padre era un hombre que fue criado a la antigua, cuando cumplió los treinta decidió que era momento de tener a un heredero, así que tomó la decisión de casarse con la hija de un pequeño socio que dedicó toda su vida a la empresa. Con ello en mente, nunca hubo espacio para el amor, el matrimonio en parte solo era para reforzar el lugar de cada uno de los involucrados con el dinero que generaba la empresa. Pero para reforzar aquello, se necesitaba de un bebé hecho por ambas partes, aunque para sorpresa de todos, fueron dos los que llegaron al mundo.

Los pequeños siempre tuvieron una conexión. Cuando uno lloraba, aún en otra habitación, el otro lo acompañaba. Si uno se perdía, el otro podía encontrarlo aún en el escondite más ingenioso en el que se pudiera pensar.

Pero cuando cumplieron doce años, ambos pequeños empezaron a sentir náuseas cuando se veían en un espejo, como si el verse a si mismo les causara repulsión. El pequeño Jesse creía que aquello que lo "hacía hombre" (como le decía su madre), en realidad no estaba destinado a estar con él, si no con su hermana. Y al igual que su hermano, Nichol se sentía de la misma manera.

La madre de los pequeños no era especialmente cariñosa, aunque cumplió con su papel de madre hasta que ambos bebés dejaron de mamarle el pecho, después de aquello era como si nunca hubiera dado a luz. La madre siempre fue elogiada por la belleza que poseía, el solo verle el rostro causaba una dicha de estar contemplando a un ángel que cayó del cielo para ser alabado. El peló castaño fue algo que caracterizaba a su familia, incluso los pequeños lo habían heredado de ella.

Cuando se le dio la noticia de que se casaría con el futuro heredero de la empresa a la que pertenecía su padre, simplemente asintió. Había guardado su castidad ya que se le educó con la idea de que así valdría mas como mujer, nunca se negó a los deseos de su padre, y ahora no sería la excepción. Fue años después, que escuchando a su cuñada por todo lo que había vivido, supo que desde pequeña había sido privada su libertad, una libertad que nunca recuperaría con dos bebés a los que se encontraba obligada a cuidar. Volteó a verlos en su cuna que era un regaló de sus suegros, una gran cuna en la que colgaban diferentes juguetes que entretenían a los bebés por horas, y mientras los veía a gusto entre esas pequeñas rejas de madera, logró comprender que ella era como esos retoños, encerrada en una cuna llamada familia y entretenida entre los lujos que le proporcionaba esta. Mientras los veía, Nichol empezó a llorar de la nada y con ella su hermano pequeño, aquella mujer estiro su brazo para tranquilizarlos, pero antes que tocará a la pequeña, retrocedió poco a poco como si quisiera dejar su papel de madre en ese mismo momento, se levanto y se dirigió a la puerta para llamar a la criada.