Proyecto Diavolo.

Capítulo uno.

"Nunca volveremos a ser lo que fuimos.
El pasado no existe."

El árbol.
Elena Garro.

Había sido como cualquier otro día. Tony se había levantado para ir a su rutina de ejercicios matutinos y, al terminar, asistir a su escuela. La rutina no era mas que para mantener su figura, el había mantenido el hábito desde hace un año. Al terminar de prepararse, tomo sus cosas y siguió el rumbo de su escuela.

—Te has tomado tu tiempo.

Erick, su amigo, le había hablado al ver que Tony entraba al salón de clases.

—Bueno, no hay porque apresurarse —Tony se recostó en el pupitre relajándose. 

—Si sigues siendo tan despreocupado, podrías tener problemas algún día de éstos.

—No tiene caso preocuparse por ese tipo de cosas. Si solo te preocupa las reglas y la sociedad, veo muy difícil que puedas ser feliz —Tony dijo esbozando una gran sonrisa. 

—¿De que están hablando? —En esta ocasión era Alisa quien tomaba la palabra. Los tres eran grandes amigos, se conocían de a mediados de su segundo año de preparatoria.

Apenas hace una semana había empezado el tercer año.

—De las preocupaciones y la felicidad —Respondió Erick. 

—Oh vaya —Alisa no temía mostrar su poco interés en el tema, pero no cortaría la conversación, así que le pidió a Tony todo el contexto.

—Ven conmigo —Erick tomo del brazo a Tony y se acercó a su oído. —Oye amigo, es momento de que tomes la iniciativa con ella.

—¿A que te refieres?

—Si que eres lento, ¿en verdad crees que todas las tonterías que hablamos le interesan a ella?

—Supongo, por algo siempre habla con nosotros.

—Pues déjame decirte que estas muy equivocado. La única razón por la que siempre se junta con nosotros es...

—¿De que hablan? —Alisa volvió a interrumpir la conversación, pero ahora había dejado sin habla a Erick.

Tony seguía en su mundo, sin prestar atención a sus amigos. Su sonrisa y su felicidad se detonaba incluso a la distancia.

—Si que estas feliz — le dijo Alisa un tanto curiosa.

—¿En serio? Bueno, es porque hoy vendrá mi hermana a visitarme.

—Oh vaya, nunca nos dijiste que tenías una hermana.

—Tengo una hermana menor, su nombre es parecido al tuyo —decía Tony con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿En serio? — Alisa no pudo evitar sonrojarse.

—Se llama Alicia. No nos hemos visto desde hace un año. Tuvimos una pelea y ella decidió ir por el mundo a viajar.

Sus amigos se sorprendieron. No pudieron evitar pensar que era grandioso que alguien viajara por el mundo con tan poca edad.

—Hace una semana me llego una carta, dijo que vendría a visitarme y al parecer llegara esta noche.