Dulce muerte

Princesa de odio

****Holaaaa aqui les dejo este capitulo, espero que les guste, ya que mori moridamente ignarada en el concurso :'v *se va al rincon* espero que lo disfruten >H< y lo siento si es demasiado corto, escribi un poco porque me senti mal por no escribir tanto ultimamente por culpa de los estudios :c ****

-Narra Bonnibel-

Desperte aquella mañana de Domingo, vi el cielo, estaba despejado, dejo de llover.

Me levante, estaba con mi blusa negra que me regalo Marceline y unos shorts rosa pastel. Entre al baño y cerre la puerta, me lave los dientes y apenas me enjuague, vi mi rostro en el espejo. Lucia horrible, mis ojos hinchados y rojos de tanto llorar anoche.

Y fue en aquel entonces cuando vi mi rostro... que recorde sus palabras: "Ya no tienes que pelear con Abadeer, me casare con su hija Marceline"

Me inunde en lagrimas nuevamente, tape mis ojos con mi mano derecha y me sente en un rincon del baño. Sollozaba, me desesperaba, miraba el techo y pensaba "¿Que hice para merecer este sufrimiento, Dios?"

Abraze mis piernas y apoye mi cabeza sobre la puerta.

Me levante, seque mis lagrimas, me duche y vesti. Volvi a ser la de siempre.

-Narra Marshall-

Pan de canela me cedio su casa, ya que la princesa del reino de fuego lo nesecitaba en el reino, a pesar de sus problemas de ronquidos.

Me recoste sobre la cama y mire las tablas de la litera. Cerre mis ojos y recordaba la noche anterior. Soy el mas grande idiota en todo Aaa y Ooo.

Como deseo a esa nerd aqui a mi lado, aqui recostada al lado mio, mientras pasamos horas con nuestra simple compañia. Extrañare hacerla enojar y hacerla sonreir.

Cupido es una mierda escogiendo con quien nos enamoramos. Fionna era lo mas importante en mi cabeza antes, siempre la molestaba y coqueteaba y aunque recibia golpes, aun asi ella reia nos divertiamos.

Pero Bonni... ella es... agh. Aunque la moleste muchas veces, ella se alejaba de mi, es la reina de villaburrida. Es insoportable a la hora de molestarse conmigo, es toda una nerd que sigue las reglas, una niña buena. Pero. Es hermosa, radiante, fina, inteligente y valiente. No teme en decir lo que piensa y siempre quiere lo mejor para los demas. A pesar de mis pesadas bromas... ella siempre sonreia al final.

El telefono sono, sacandome de mi mundo.

Baje las escaleras y conteste.

-¿Hola?

-¡Maldito Idiota! ¡¿Como te atreves a realizar un trato con mi padre sin mi consentimiento?!

Era de suponerse, era Marceline.

-¡Escuchame, no lo hago por ti!

-¡Cierra la maldita boca si no quieres que te la arranque cretino!

-¿Como me llamaste, idiota?

-Se suponia que te gustaba Bonnibel ¿Que rayos paso para que acabara de esta forma?

-Amo a Bonnibel ¡Pero lo hago por ella! ¿no lo ves?

-¿Que dices?

-Si nos casamos y nos volvemos rey y reina, tu padre no estara al poder y podremos detener las tropas contra el dulce reino para que extraigan los desechos radiactivos.

De pronto hubo un momento de silencio de parte de ella.

-¿Como sabes eso?

-Eso no importa, Marceline, ella es tu amiga y se que tambien estas dispuesta a ayudarla, no hay otra forma.

-...

Otraves su silencio.

-Apenas impongamos nuevas reglas, esto se acaba ¿que dices?

-Esta bien... pero solo porque ella recupero a mi hambo.

-Como quieras.

Colgue el telefono.

-Narra Bonnibel-

Le pedi a Finn y a Jake que hicieran una exploracion en otros reinos sobre mi halcon Viernes para ver a las princesas sobrevivientes.

Me encargue de volver a restaurar las fuentes electricas en los tuneles, con algunas herramientas y mi linterna pude arreglarlo. Perfecto, habia quedado. Cerre la pequeña escotilla y prendi el generador.

Todo iba bien, hasta que chispas saltaron por todos lugares y una sobrecarga de energia que prendio todas las luces del dulce reino al mismo tiempo, provoco que estas reventaran y todos los artefactos electronicos quedaran obsoletos.

Mi radio para probar si funcionaban los generadores, fue lo unico que se salvo, pero apenas prendio, oi la voz del idiota del rey de Ooo.

-Atencion mis amados ciudadano, soy yo, su rey de Ooo- Se escuchaba a pesar de la interferencia en el audio.

-Asqueroso ser. -Dije con desden.

-Nuevas reglas mi gente- continuaba transmitiendo -habra toque de queda, cualquiera que este fuera de sus casas despues de las 21:00, sus almas seran devoradas por los demonios del inframundo, si no tapan bien puertas y ventanas, aun asi seran devorados.

-¡¿Que?! -Exclame sorprendida.

-Segunda nueva regla, para aquellos que no tienen refugio, si quieren uno en mi palacio real, tendran que venir, hacer trabajos forzados para MI bien y jurarme lealtad en un contrato que especifica toda las protecciones y comodidades que neseciten.

La ira me invadia cada palabra que escuchaba.

-Tercera nueva regla, cualquiera que se atreva a ponerse en mi contra sera victima de los hambrientos afuera de sus hogares a mi voluntad, puedo controlar a tantos como yo quiera.

No podia creerlo ¿eso es posible?... y si lo es ¿como lo hace?

-Cuarta y ultima regla, todos los aldeanos y campesinos, todos sus alimentos de las cosechas las produciran para mi, mis guardias y "mascotas" los devoraran si ven un solo grano de maiz dentro de su hogar y no es mio... con esto concluyo mi mensaje, adios.

*Narracion normal*

El rey de Ooo encarnado en Leeroy la maligna sombra, veia sus tesoros y grandes poseciones conseguidas con muerte y engaño.

Con orgullo llego al final del pasillo a si habitacion. Abrio la puerta y la cerro con pestillo, Abrio el cajon de su comoda y saco un cofre de madera similar al de mentita que uso para encerrarlo temporalmente.

La caja de color gris guardaba su mas antiguo recuerdo... su "cordon umbilical", que en realidad era la capsula que lo mantuvo encerrado su madre por tanto tiempo buscando un cuerpo adecuado para el.

Una fugaz imagen de su "madre", la gobernante de la nocheosfera, Heather Abadeer.

Lagrimas vacias recorrian su amarillo rostro.

-Madre...