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-Bruce..

El Omega alzó la vista encontrándose con su Alfa. Quiso reprimir el impulso de lanzarse a sus brazos, pero no lo pudo evitar y se fue a refugiar en el pecho de su pareja.

Clark lo abrazo fuerte. Inhaló profundamente su aroma, eso lo calmó un poco. Ahora sabía que debía comenzar el cortejo lo antes posible.

-No te vallas... no de nuevo -Ket beso la coronilla del Omega.

-Nunca más te dejaré solo. Porque eres mi Omega.

Ambos hombres se quedaron abrazados sobre la cama. Necesitaban calmar su ansiedad. Teniendo el aroma del otro lograban controlar aquellas ganas de explotar.

-Antes de que seas completamente mío, debo iniciar con el cortejo.

Bruce asintió emocionado.

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-Alfred, yo saldré por un momento, iré por algunas cosas.

El mayor asintió caminando hacia la habitación donde estaba Bruce. Debía hacer que el Omega se viera presentable para iniciar el cortejo al cual Clark iniciaría.

-Amo Bruce, despierte. El desayuno ya está listo.

El Omega se estiró en la cama. No quería levantarse, le gustaba el aroma del Alfa impregnado en la habitación y sobre todo en la cama.

Después de que Alfred ayudará al Omega a alistarse para el inicio del cortejo, Clark tocó la puerta. Claro que a pesar de que la casa es del Alfa, no tuvo de otra que hacerlo de esa manera. Ya que la enorme casa del Omega estaba bajo custodia de la liga, todo sea por la seguridad de Bruce.

-Joven kent. ¿Qué lo trae por aquí?

-He venido para pedir su permiso para cortejar a Bruce.

A pesar de sus nervios, respondió de manera firme y tranquila. No se permitiría dejar que sus emociones negativas ganarán.

-Pero, por eso Bruce debe estar aquí. Voy a llamarlo.

Clark asintió. El gran ramo de flores que tenía en las manos, no se compararía a la belleza del Omega.

Necesitaba el permiso de ambos. Tanto del Omega y de Alfred que estaba fungiendo su labor como padre.

Después de un momento, Alfred venía bajando las escaleras con Bruce.

El Alfa tragó el nudo en su garganta, quería llorar de la felicidad, su Omega se veía muy hermoso, la ropa resaltaba su figura y su aroma lo tenían atontado.

Sonrió avergonzado al recibir una mirada reprobatoria de Alfred. Es que con Bruce estando así de hermoso, le era casi imposible no mirarlo.

-Esto es para tí... -extendió el ramo de flores hacia el Omega.

Bruce las tomó y con su sonrisa coqueta abanico sus pestañas un par de veces mientras pegaba el ramo a su pecho e inhalando el aroma que estás desprendían.

Clark bajo la mirada algo cohibido ya que ese gesto lo hizo sentirse tan perdido en los ojos del contrario que por poco y se lanzaría a llenarlo de su aroma.

-Gracias.

Bruce no dejó de sonreír ni de verlo de forma coqueta y descarada. Tenía al Alfa a sus pies. Pero Alfred lo calmó dándole un pequeño golpecito apenas perceptible a la vista para que dejará de provocar al Alfa.

-Tiene mi permiso y por supuesto que el de Bruce también, con dos condiciones, la primera es que si Bruce quiere terminar el cortejo antes, usted no volverá a intentarlo -Clark asintió- la segunda es que sí ustedes dos se enlazan antes de que el cortejo termine, tenga por seguro que no dejaré que se acerque a él; ¿De acuerdo?

Tanto el alfa como el Omega asintieron. Alfred podía ser muy sobreprotector cuando se lo proponía.

Después de todo, Clark debía trabajar en su autocontrol porque estando con Bruce nada sería fácil.

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Espero que les guste, me he tardado porque aún no termino todos los demás borradores de estas historias. Los leo en los comentarios.

Jimmy 🏳️‍🌈

Paternidad e InstintosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora