El caso de la perla rosa
-¿Qué demonios estás haciendo? -preguntó Louis al entrar en el santuario
interior de la Agencia Internacional de Detectives, alias Brillantes Detectives de
Burguess, y ver a su amo y señor tirado en el suelo y casi cubierto por un montón de
libros. Harry se levantó haciendo un gran esfuerzo.
-Estaba tratando de arreglar esto en el estante superior del armario cuando
de pronto la silla cedió y todo se vino abajo.
-¿De qué tratan estos libros, si puede saberse? -preguntó Tommo
tomando uno de los volúmenes-. El perro de los Baskerville. ¡Hombre!, no me
disgustaría volverlo a leer otra vez.
-¿Comprendes la idea? -dijo Harry sacudiéndose cuidadosamente el
polvo-. Media hora con los maestros, etcétera, etcétera. Comprenderás,
Tommo, que no puedo por menos de comprender que somos hasta cierto punto
un par de aficionados y que necesitamos mejorar nuestra técnica. Estos libros
son historias detectivescas escritas por verdaderos maestros de la literatura.
Intento emplear diferentes sistemas y comparar después los resultados.
-Hum... -gruñó Tommo-. Me gustaría saber cómo se habrían
comportado todos esos detectives en la vida real -cogió otro volumen y
prosiguió-, encontrarás dificultades en pretender convertirte en un Thorndyke.
No tienes experiencia médica y menos legal, ni tampoco he oído que la ciencia
haya sido nunca tu punto fuerte.-Quizá no -dijo Harry-. Pero de todos modos me he comprado una
buena cámara fotográfica y me dedicaré a tomar fotografías de toda clase de
huellas y hacer después las correspondientes ampliaciones. Ahora, amigo mío,
haz uso de la poca materia gris que te debe quedar en el cerebro, ¿qué es lo que esto te trae a la memoria?Señaló el estante inferior del armario. En él había una bata de diseño un tanto
cubista, unas babuchas turcas y un violín.
-Evidente, Watson -contestó Tommo haciendo un mohín.
-Exactamente -repuso Harry-. Las características de nuestro inmortal
SherlockHolmes.
Cogió el violín e hizo resbalar perezosamente el arco sobre sus cuerdas con gran consternación de Tommo.- Basta Harry!-
El aludido sólo sonrió dejando el instrumento sobre el escritorio, sonriendo hacia su Louis.
- Porqué me miras así?-
- sólo me fijo en lo atractivo que te vez hoy Tommo, acaso es eso un problema?-- no, para nada, como tampoco lo sería que hicieras algo al respecto- sonrió coqueto
- algo como qué?- alcanzó a preguntar Harry, justo antes que Louis suavemente extinguiera la distancia entre ambos y acoplara sus labios sobre los de él.
- algo así.- dijo rompiendo el contacto, aún a escasa distancia, casi rozando los labios de Harry al hablar, justo antes de volver a besar sus labios suavemente.
- me parece adecuado- contesto Harry.
- mmhmmm- tarareo Louis.En aquel momento sonó el zumbador de la mesa, señal que indicaba la
llegada de un cliente a la oficina exterior y de que era recibido y atendido por
Timothée, el mensajero de la agencia.
Harry se alejó de Louis y con el pie dió un empujón a los libros ocultándolos tras la mesa.
-No es que tengamos gran prisa -observó-. Ya Timothée se habrá encargado
de distraer a quien sea, contándole la consabida historia de mi conferencia
telefónica con Scotland Yard. Vete a tu oficina, Tommo, y empieza a teclear.
Ese ruido le da cierta importancia a nuestra oficina. Espera. No. Es preferible
que esta vez aparezcas tomando notas taquigráficas. Vamos a echar un vistazo
desde nuestro observatorio antes de que Timothée se decida a hacer pasar a la
víctima.Se acercaron a la mirilla. El cliente, esta vez, era una muchacha de una edad
aproximada a la de Louis, alta, morena y con cara más bien macilenta y
ojos retadores.
-Vestidos baratos y llamativos -observó Tommo-. Hazla entrar,
Harry.
Un minuto después la joven estrechaba la mano del supuesto míster Burguess,
mientras Tommo tomaba asiento a su lado, con un cuaderno y un lápiz entre los
dedos.
-Mi secretario confidencial, mister Robinson -manifestó Harry
señalándolo con la mano-. Puede usted hablar ante él con entera libertad.
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Pareja de sabuesos
FanfictionCuando el amable Harry Styles queda desempleado y sin mayores perspectivas de futuro al finaliza la primera guerra mundial, se percata que la vida no es como él imaginaba, No obstante el reencontrar aun viejo amigo de infancia, Louis Tomlinson, má...