Jugando a la gallina ciega
—Bien —dijo Harry colgando de nuevo el teléfono. Después se volvió a Tommo.
—Era el jefe. Me ha comunicado algo de sumo interés para nosotros. Parece
ser que los sujetos tras los cuales vamos se han enterado de que no soy, en
realidad, el verdadero Harold Burguess, y es posible que ocurra algo serio de un momento a otro. El jefe te pide, como favor especial, que te vayas a casa y te quedes allí tranquilo sin mezclarte más en este asunto. Aparentemente el avispero que hemos puesto en conmoción es más grande de lo que en principio nos imaginamos.—Dile a tu jefe que no estoy dispuesto a concederle el favor que me pide —
contestó Tommo con decisión—. Conque quedarme en casa, ¿eh? ¿Y quién cuidaría entonces de ti, monada? Además, sabes que soy partidario de la
emoción. El negocio ha estado bastante paralizado durante esta última temporada.—Supongo que no pretenderás que tengamos asesinatos y robos a diario — replicó Harry—. Sé razonable y escucha mi plan. Cuando el negocio flojea lo que deberíamos hacer es un poco de ejercicio.
—¿Ah, si? ¿Tumbarnos de espaldas y echar las piernas al aire? ¡Qué bonito!
—No seas tan literal en tu interpretación. Cuando hablo de ejercicios me refiero a los que exige nuestra profesión. Reproducciones de los grandes maestros. Por ejemplo... —Hizo una breve pausa.
Del cajón que había a su lado Harry extrajo una formidable visera de un
color verde oscuro, que se ajustó. Después sacó el reloj que tenía en el bolsillo.—Rompí el cristal esta mañana —observó—. Eso allanó el camino para que mis sensitivos dedos pudiesen palpar con facilidad su esfera.
—¡Cuidado! —dijo Tommo—. Has estado a punto de arrancar una de las
saetas.
—Dame tu mano —le pidió Harry, que a continuación hizo ademán de tomarle el pulso. Escuchó con atención.
—¡Ah! —prosiguió—. ¡Prodigios del sexto sentido! ¡Este jóven no padece
del corazón!
—¡Supongo —dijo Tommo— que estás tratando de imitar a Thorniey
Colton!
—Exactamente. El ciego problemático. Y tú eres la recogida, la secretaria de
negros cabellos y mejillas color de manzana. Y Timothée, Honorarios, alias El Camarón.— porqué debo ser "la secretaria" que haya personificado a una enfermera en en un breve periodo encubierto, no significa que me quedé el personaje femenino —
—mmm quizá no el personaje pero si la falda—
Tommo bufó en desaprobación, aunque el rubor no pudo ser disimulado.—Apoyado en la pared, junto a la puerta, está el fino y hueco bastón que sujeto entre mis sensitivos dedos, tanto habrá de decirme.
Harry no hizo más que levantarse cuando se dio de bruces contra una silla.
—¡Demonio! —exclamó—. Me había olvidado de que esa silla estaba allí.
—Debe de ser horrible el ser ciego —comentó Tommo con pena.
—Bastante. Y más lo siento por los pobres que perdieron su vista en la guerra que por otro cualquiera. Pero dicen que viviendo en las tinieblas es cuando se desarrollan los sentidos especiales, que es precisamente lo que yo deseo probar.
Sería interesante poder ser de utilidad desde las sombras. Ahora, Tommo,
procura ser un buen Sydney Thames. ¿Cuántos pasos hay desde aquí hasta donde está el bastón?Tommo hizo un cálculo precipitado.
—Tres de frente y cinco a la izquierda. Harry avanzó incierto y Tommo le hizo detener con un grito. Un paso más y se daría de cara contra la pared.
—Es difícil —explicó Tommo— calcular exactamente los pasos que deben darse.
—Pero interesante —arguyó Harry—. Dile a Timothée que venga. Voy a
tocaros las manos y ver si puedo decir quién es quién.
—Está bien —respondió Tommo—, pero Timothée tendrá que lavárselas
primero. Con toda seguridad las llevará pringadas de tanto caramelo como come.Timothée, introducido en el juego, mostró un vivísimo interés. Harry, después de un leve palpamiento, sonrió complacido.
—El sexto sentido nunca miente —murmuró—. La primera era de Timothée, la segunda tuya, Tommo.
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Pareja de sabuesos
FanfictionCuando el amable Harry Styles queda desempleado y sin mayores perspectivas de futuro al finaliza la primera guerra mundial, se percata que la vida no es como él imaginaba, No obstante el reencontrar aun viejo amigo de infancia, Louis Tomlinson, má...