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Volteo mis ojos cuando desde la entrada de la enorme habitación observo a  Anabela lanzarse a una de las gigantes camas.

—Este será el mejor viaje de mi vida—exclama emocionada, a veces quisiera tener el entusiasmo de mi querida prima la cual le ve el lado positivo a todo mientras yo soy todo lo contrario—Deja de mirar el lugar así Alessia, no chocaremos con un iceberg. Y si eso pasa no debes preocuparte por nada, te subiré a cualquier tabla conmigo, nunca te dejaría morir ahogada.

—Mal intento de chiste pero eso fue dulce—digo y entro al fin cargando mis maletas.

—¡Por Dios mira estos armarios!—abre las puertas de uno de ellos—Puedo esconder aquí un hombre fácilmente para cuando te duermas.

—¡Anabela!

Ella ríe—Solo bromeaba.

Miro alrededor de mí y el cuarto es enorme, las paredes color vino. Tiene dos camas enormes con cubre camas del mismo color de las paredes. Los dos armarios son grandes pero no de manera exagerada. Tiene una puerta que supongo sea el cuarto de baño.

—Han sabido aprovechar el espacio del cuarto—comento, es difícil llegar a un lugar y no fijarme en este tipo de detalles, cosas de arquitectos.

—Es imposible separar tu oficio de ti—rueda los ojos—Por cierto, tu jefe es un amor, te dio mucho tiempo de vacaciones.

—Carl es un hombre sumamente generoso con sus empleados, de todos modos le había pedido todo este tiempo por la luna de miel.

Al decir las últimas palabras mi corazón quema y trago grueso, mis ojos pican pero doy un suspiro, ya basta de tantos llantos.

—Estoy ansiosa por llegar a Nueva Zelanda, quiero enseñarte muchos lugares que visité en uno de mis viajes del año pasado.

Noto como Ana cambió de tema rápidamente y le sonrío para que sepa que todo está bien.

—Pero vamos a disfrutar estos dieciocho días en este maravilloso lugar—comento sonriente.

—Así se habla, cugina. Mejor vamos a darle una vuelta a esta belleza.

Le sonrío—Andando.

(...)

—Tienen un jodido restaurante con salón de baile—exclama mirando el folleto—Oh Por Dios puedo infartar.

—No seas exagerada, Ana–río

–No es exageración, Al. Este lugar es más fantástico de lo que imaginé, se ve mucho mejor que en las fotos de internet. Además es nuestra primera vez en un crucero, te falta emoción—me señala con el folleto para luego volver a mirarlo–No puedo esperar a darme un chapuzón en esta piscina, es pequeña pero se ve deliciosa.

—¿Cuántas personas crees que habrán aquí?—dudo mirando la cubierta

—La capacidad es de 100 pasajeros sin contar el personal de servicio y el capitán, no es de los más grandes pero si de los más exclusivos. Tiene piscina, un restaurante con sala de baile incluida, habitaciones de lujo. Esto es una pasada.

Río mirando la expresión de mi prima—En serio necesito tu entusiasmo.

Cugina, la vida es una sola como para pasársela de amargada. Mira—se coloca frente a mí deteniendo nuestra caminata—sabes que yo también pasé cosas horribles. Cuando la innombrable se fue dejándonos solos a papá y a mí tu estuviste ahí siempre apoyándonos siendo una adolescente igual que yo—asiento, no es un recuerdo muy agradable para mí, mucho menos para Anabela—Pero decidí que no valía la pena cerrarme por eso, ni ser una de las tantas niñas que se vuelven débiles cuando las abandonan. Debemos disfrutar la vida sea lo que sea por lo que hayamos pasado.

Amor a primera mentira [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora