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Alessia

Se me ha hecho la noche con las  alocadas conversaciones de Asra, Aria y Anabela en nuestro grupo de WhatsApp "Las Mamis". ¿A quién se le ocurrió ponerle semejante nombre? A Anabela, por supuesto. Intervengo cuando comienzan a apostar sobre el nombre que mi prima debería ponerle a su bebé, la lista es tan larga y hay nombres que me causan gracia, exploto en risas al ver el que propone Asra. ¿Ayussi? Ni a Matthew se le ocurriría semejante nombre, según ella es para que siga la línea japonesa del padre pero dudo que ese nombre aparezca en el léxico de mi amigo.

Dejo el grupo de las chicas cuando el contacto de Axel me aparece en pantalla.

No me deja hablar de primera cuando contesto.

Preciosa...

Su tono de voz sale confuso pero eso no es impedimento para que el corazón me lata a mil.

—¿Pasa algo?—dudo mirando la hora en mi reloj de pared.

Si...—dice en un hilo de voz—Estoy completamente borracho, estoy siendo como ella.

¿Borracho? ¿Axel? Esto es nuevo.

—¿Estás solo?—me parece absurda mi pregunta.

Solo...pensando en ti...y siendo el peor padre del mundo.

Por un momento me desespero.

—¿Puedes ver un taxi cerca?—se que fuera de los bares hay muchos taxis en servicio, no necesariamente debe llamar a una agencia.

Hace tiempo que estoy en eso...hay muchos taxis delante de mí. No he recordado tu dirección, preciosa, no me mates.

Me saca una pequeña sonrisa.

—A ver...pásame a algún conductor.

Obedece luego de segundos y le doy todas las indicaciones al chófer. Al colgar busco mi abrigo y mi gorro para bajar al primer piso y esperarlo. El frío de Ontario se está tornando horrible en esta época del año y sé que en cualquier momento comenzará la nevada.

Me desespero un poco al ver que pasan unos veinte minutos y Axel no llega. Trato de no entrar con paranoias y me dedico a esperar tranquilamente. El encargado del edificio me ha preguntado como dos veces si estoy bien y en realidad no lo estoy, el frío tensa mis músculos pero le doy una sonrisa de que todo está bien y de que no tardaré mucho.

Un taxi amarillo con letreros negros se para justo delante de mí. El conductor se baja y ayuda al hombre ebrio que trae en el asiento trasero.

Amore.

Aguanto la carcajada que me provocan sus palabras y su expresión facial al verme.

—Con cuidado—le digo cuando el hombre me lo trae hacia mí.

Le pago al chófer–porque en el estado que está Axel sabía que debía tomar esa precaución–y le doy las gracias.

—¿Te hice esperar mucho?.

—Un poco—suelto una risita, me causa gracia su estado. Entre las características de Axel no está embriagarse, o al menos que yo sepa.

Me aseguro de que no de traspiés tomándolo del brazo, mientras nos adentramos en el edificio.

—¿Necesita ayuda, Señorita Caccini?—duda el encargado mirándonos extraño.

—No es necesario, muchas gracias.—le sonrío.

Como puedo lo meto en el ascensor y marco el número de mi piso.

—¿Otro hombre queriendo coquetear con mi mujer?—duda con dificultad mientras tiene los ojos cerrados y la cabeza pegada a la pared del elevador.

Amor a primera mentira [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora