9.

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—Espera espera—aparto su boca de la mía, pongo mis manos en su pecho tomando un poco de distancia.

—¿Qué?—su mano no deja de acariciarme—¿Vas a huir de nuevo?

—Tú no lo entiendes—doy dos pasos hacia atrás.

—Entonces explícame—pide de manera pausada, me sorprende lo calmado que es—Esto que acaba de pasar solo me dice a gritos que siga.

Me abrazo a mi misma, acariciando mis brazos mientras aparto la mirada de sus ojos avellanas.

—¿Quién fue?—pregunta y frunzo el ceño mirándolo de golpe.

—¿Qué?

—El bastardo que te lastimó—abro mis ojos en sorpresa.

¿Cómo dedujo algo así?

—No encuentro otra explicación para tu actitud—continúa—Porque tu respuesta a mi beso fue clara como para deducir que sientes lo mismo.

Tiene lógica.

Suspiro y le doy la espalda pero no para irme. Me acerco a las barandas mirando la luna llena en el oscuro cielo y luego el mar, me cruzo de brazos y paso saliva.

—El hombre con quien decidí compartir mi vida me dejó plantada en el altar—mentiría si dijera que aún no quema, porque duele y mucho—Una mujer se opuso a las palabras del padre, ella comentó amarlo y se fueron juntos.

Axel se coloca a mi lado.

—Después de estar juntos por cinco años él decidió irse con otra. Ni siquiera se por cuanto tiempo me estuvo engañando con ella pero al parecer fue suficiente para que renunciara a todos nuestros planes y sueños juntos.

Escucho como suspira.

—No voy a decirte que él no te merecía porque eso lo sabes—declara—Entiendo tu dolor.

Quiero retener las lágrimas porque me prometí a mi misma no llorar más pero es imposible cuando el pecho se oprime obligándote a soltarlo en llanto.

—No fue justo, Axel. Le di tanto a él, lo creí el mejor ser del mundo, mi mayor anhelo y después de todo ese tiempo juntos me di cuenta de que no conocía al hombre a mi lado—tomo aire—Yo siempre fui de esas chicas que creía que el príncipe azul existía, William fue mi primer amor, mi primera vez, mi mejor amigo. La realidad me golpeó tan duro—suspiro—Soy una idiota, tengo 25 años y aún no maduro, soy tan tonta.

—Claro que no—demanda mirándome—No eres ninguna tonta, eres una mujer con unos sentimientos increíbles que no supieron valorar. No es cuestión de madurez, Alessia. ¿Qué tiene de malo que quieras una historia de princesas? No hay nada de malo en ello y está claro que ese tonto no lo entendió. El dolor va a sanar y aunque ya lo sepas te lo repito: él no te merecía, ni merece tus lágrimas.

—Ella es hermosa—por muy estúpida que suene no puedo evitar decirlo—Es imposible no sentirse menos.

—Tu eres muy hermosa, no debes tener dudas de ello.

Niego mientras miro el mar delante de mí.

—La hubieses visto, se parecía a Phoebe Tonkin.

—En mi opinión tu eres mucho más guapa que Phoebe Tonkin.

Le sonrío—Es la mentira más dulce me hayan podido decir.

Nuestros ojos se conectan, pasan unos segundos y me quedo enlelada, mi mirada viaja a sus labios y trago grueso recordando el beso que compartimos hace segundos. La atracción se está haciendo cada vez más fuerte y temo por esta loca pasión de verano.

Amor a primera mentira [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora