Imagina que Chandler y tú deciden mudarse juntos...con Joey, claro.
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Por fin era el día que había estado esperando y preparando. Hoy era el día en que me iba a mudar con Chandler, mi novio.
No fue idea mia mudarme con Chandler, aunque quería hacerlo. Él y Joey me han estado pidiendo durante los últimos seis meses que me mudara con ellos, pero mi contrato de alquiler no había expirado, así que les dije que no cada vez.
Pero ahora había expirado y las cosas de toda mi vida estaban ahora empaquetadas en cajas de cartón que encontré en la parte trasera de un Walmart. Chandler no había podido ayudarme, ya que también estaba empacando para mudarse.
Monica y Rachel habían perdido su apartamento por culpa de un tonto juego, así que ahora nos mudábamos todos juntos al apartamento "grande". Todas mis cosas estaban ya apiladas en un pequeño y ordenado rincón bajo la ventana y los chicos habían terminado por fin de mudarse al apartamento de enfrente.
– Entonces, amor.– Levanté la vista para ver a Chandler. – ¿Qué habitación tenemos?– Él también levantó la vista de una caja y puso sus manos en sus caderas.
– No te enfades...– Levanté una ceja ante sus palabras.– Pero tenemos la habitación de Rachel. Es pequeña, pero tú también lo eres, así que funciona, ¿no?– Mi cara se suavizó ante él y negué con la cabeza, rodeé su torso con mis brazos y apoyé mi cabeza en su pecho.
– Te amo.– Murmuré. Me dió un beso en la parte superior de mi cabeza y me rodeó la espalda con su brazo.
–Yo también te amo.– Me apretó más contra él y le froté la espalda con mis dos manos. – Ahora vamos, tenemos mucho trabajo que hacer para que nuestro nuevo apartamento parezca de un millón de dólares.–
Empecé a salir de la habitación cuando Chandler me tomó de la mano y tiro de mi hacia él, juntó sus labios con los míos en un pequeño, pero apasionado beso. Mi cara se puso roja cuando abrí los ojos para mirarlo y le devolví un rápido beso. Cuando ambos nos retiramos, Chandler levantó las cejas tan seductoramente como pudo.
–¿Hmm?– Balbuceo y miró detrás de nosotros a la cama despojada. Puse los ojos en blanco y me aparté de él, sólo sosteniendo su mano flojamente en la mía.
– Chandler, Joey está afuera.– Dije.
– Entonces, ¿has oído lo ruidoso que es por la noche?– Me reí y negué con la cabeza.
– Bien, pero rápido porque tenemos que irnos. — Dije y eso bastó para que Chandler me tomara en sus brazos y me tirara hacía la cama con cuidado y con una gran sonrisa.
– No te preocupes, nena, esto será rápido. – Dijo, tomando mis caderas entre sus manos.
– Deberías tener un poco de fe en ti mismo.– Le dije en broma.
– Tienes demasiada fe en mi, por eso te amo, mi amor.– Murmuró, mientras se inclinaba para besarme.
