XV. Prófugo.

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La felicidad volvió a Ji Min cuando sintió los dulces besos de su amado alfa, era lo único que necesitaba para dar una sonrisa sincera al mundo; salieron de la habitación tomados de las manos, bajaron hasta donde se encontraban los otros dos desayunando, por lo que se unieron a ellos, tomando asiento para comer.

- ¿cómo te sientes? –preguntó Ji Min a Tae Hyung.-

- Estoy bien, no estoy enfermo ni nada por el estilo. –respondió Tae Hyung, riendo levemente.-

- Pero sí herido. –dijo Ji Min.-

- No importa.

Comiendo juntos sobre la mesa se podía ver a Jung Kook pensativo, callado, cosa que llamaba un poco la atención de su hermano y su novio, aunque al rubio no podía importarle menos, después de todo aquel era prácticamente un desconocido.

- Me llevaré a Jimin a un hotel. –dijo Jung Kook.- mientras encontramos una casa para nosotros.

Todos en la mesa voltearon a verlo cuando anunció aquella decisión, la cual no había consultado con el omega, aunque eso era lo que menos le importaba.

- No te preocupes por eso, Jungkook. –dijo Tae Hyung.- pueden quedarse aquí el tiempo que necesiten. ¿No es así, Yoongi?

Dirigiendo su mirada ahora hacia Tae Hyung, el rubio asintió con su cabeza y esbozó una pequeña sonrisa.

- Por supuesto, esta es su casa. –dijo Yoon Gi.-

- Se los agradezco mucho. –dijo Jung Kook.- les doy las gracias por ayudarme y cuidar de Jimin, pero él y yo somos una pareja y es mi deber darle privacidad y también conseguir un nuevo lugar para vivir, tendremos un hijo, así que...

- Entiendo... -dijo Tae Hyung.-

El omega lo miraba atentamente, aunque no pensó que tendría que abandonar aquella casa tan pronto, justo cuando sentía que comenzaba a acostumbrarse a la vida en ese lugar y a la compañía de Yoon Gi cuando Tae Hyung se iba y no volvía hasta el atardecer, sin embargo no le molestaba el hecho de que Jung Kook quisiera llevárselo de allí, no permitiría que su pareja tuviera que vivir recostado en una casa con dos alfa si estaba con él.

Al llegar el mediodía Ji Min y Jung Kook salieron juntos de la habitación y bajaron a la sala con un pequeño bolso donde Ji Min llevaba sus pocas pertenencias; Tae Hyung y Yoon Gi se acercaron a ellos y convencido de que Ji Min no tendría que volver a aquella casa lo abrazó, luego a su hermano.

- Cuídense. –susurró Tae Hyung.-

Tomando bien su bolso, Ji Min lo miró con una sonrisa, luego dirigió su mirada hacia Yoon Gi, que se había quedado detrás del alfa castaño que se despedía de su hermano menor.

- ¿no vas a despedirte? –preguntó Ji Min.- ven aquí.

Esbozando una leve sonrisa el rubio extendió sus brazos y estrechó al omega contra su pecho, aunque aquel fue un abrazo corto dejó en él una triste despedida, volvió a separarse y fue hasta el alfa de cabellos negros, extendiendo su mano con la misma sonrisa; al término de las despedidas, Tae Hyung se dio cuenta de lo alejados que estaban de la ciudad y que Jung Kook no tenía su auto consigo, además de que no se sabía el camino.

- No sé para qué me despido. –dijo Tae Hyung.- vamos, los llevaré.

- No hace falta. –dijo Jung Kook.-

- Mejor no digas nada, hermanito.

Todos rieron, los tres salieron de la casa y fueron hasta el auto de Tae Hyung, al cual subieron bajo la atenta mirada de Yoon Gi desde el umbral, vio a Ji Min subir al auto junto a Jung Kook en la parte trasera y otra vez sentía cómo su corazón se rompía al ver el auto alejarse y perderse en el camino, suspiró y cerró sus ojos, negó con su cabeza y volvió al interior de la casa, para volver con sus actividades y así poder dejar de pensar en aquel omega ajeno.

Víctima del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora