- Antes de ir a lo de Jay, iremos a correr un poco.
Llegamos al parque del vecindario, pero hay un gran problema. Kovu se a echado sin querer caminar. Comienzo a tirar de su correa, pero mi perezoso perro yace en el suelo, con sus patas delanteras clavadas en la tierra.
-¡Vamos Kovu! Tenemos que bajar nuestras barrigas.
Sigo tirando de él, pero es innecesario. Ya que Kovu, no se moverá.
-¡Hazlo por mí, perezoso! Si tu corres, yo corro.
No hay caso, mi mascota me mira con diversión, como si mi sufrimiento le hiciera gracia. Al hablarle, su cola se mueve de un lado a otro.
- Ve a correr, yo me quedaré con él.
Una voz me asusta, y al darme vuelta, me encuentro a Bruno, mi ex novio. Este sonríe con diversión, mientras seca las gotas de transpiración que caen por su frente.
- Gracias, pero no.
Me encuentro rogándole a Kovu mentalmente. ¡Vamos perro! Te lo ruego, mueve tu pesado cuerpo. ¡No me hagas esto, joder!
- Tu padre habló con el mío. Estaba buscando un lugar donde Kovu se podría alojar.
Me doy vuelta hacia él, y lo miro desconfiada. Entonces, mi padre buscó un lugar donde dejarlo, antes de llevarlo a lo de mí tío.
No sabía que mi padre se preocupada por Kovu.- Lamentablemente le dijo que no podía quedarse en mi casa. Yo le hubiera dicho que sí, pero como sabes, mi casa es muy pequeña.
Bruno me regala su mejor sonrisa, entre gotas de sudor. Y puedo comprender, que está tratando de comprarme con esa maldita y perfecta sonrisa.
- Ya.. Me voy.
Tomo la correa con fuerza, y comienzo a tirar, casi arrastrando a mi perro.
Siento como Bruno corre tras nosotros.- Gret.. Necesito hablar contigo. Lo sient..
Me doy vuelta, y lo miro directamente a sus ojos negros.
- Deja, Bruno. Está todo bien.
Y al terminar de decir eso, comienzo a caminar con pasos fuertes, y tirando con toda mi fuerza, a Kovu.
Luego de unos cuantos minutos, llego a la casa de Jay. Prácticamente, muerta del cansancio. Llego con mi frente llena de sudor, y mis brazos cansados de tanto tirar. Toco el timbre de la gran casa y espero. Unos pasos se asoman hasta la puerta, y segundos mas tardes, aparece Jay por esta.
- Greta.. Hola.
Por lo visto, Jay se acaba de levantar de su siesta de la tarde. Lleva unos pantalones gris, sueltos. Y una remera de tirantes negras, dejando al descubiertos sus fornidos y bronceados brazos.
Jay baja su mirada, hasta Kovu, y al subirla rápidamente, me encuentro con sus ojos de negación.- Lo siento, pero no.
Habla mientras niega con su cabeza. Me acerco para tomarle su mano.
- Jay, te lo ruego. Son unos días hasta que le encuentre un lugar.
El joven mayor, despeina su cabello con frustración. Mira nuevamente a mi mascota, que yace sentado y jadeando por el calor del verano.
- Perdona, pero no puedo. Por aquí, las cosas están complicadas. Mi hermano ha llegado de su viaje, y trae a sus amigos casi todos los días. Lo siento.
Un dolor comienza a recorrer mi cuerpo. Y un vacío doloroso en mi garganta, hace que no puedo tragar con facilidad.
Miro a Jay, le asiento con desgracia, para luego levantar a Kovu, y comenzar a caminar._
Al llegar a casa, desato a mi perro y este sale corriendo por la casa. Entro a mi habitación y abro mi notebook. Ingreso a mi cuenta de Facebook, y al encontrar el contacto de Quissi, le escribo con desesperación.
- llámame!! no tengo crédito
Segundos mas tarde, mi móvil comienza a sonar en mi bolsillo.
-¡Mujer!
Me grita por el parlante.
- Quiss, necesito que mañana me ayudes a buscarle una casa a Kovu. Mi padre quiere llevárselo a la granja de mi tío Julio, que esta a 4 horas de aquí. Dice que sus gastos son grandes, y no podemos pagarlos.
Hablo con rapidez, conteniendo mi respiración.
- Ya ya, calma. Mañana me contarás todo con detalle. ¿Si? Te acompañaré.
Suspiro con alivio, y le ruego a Dios, para que alguien acepte a mi querido perro.
_
El timbre de cambio de hora suena con fuerza en en pasillo. El profesor de Historia, el cuál no se nombrar su apellido, sale sin no siquiera despedirse. Y minutos mas tarde, entra la profesora Enderson, y toca la hora de Matemática. Al entrar, se puede divisar que no viene sola. Connor viene con ella. Los murmullos comienzan a aparecer detrás de nosotras, por todo el aula.
- Tu futuro novio, Gret.
Quissi me susurra entre risitas, mientras que la empujó en broma.
- Alumnos, él es Connor, pues se ha cambiado a este curso. Quiero que le den una buena bienvenida.
Los susurros de mis compañeros comienzan a subir. Y solo se puede escuchar la palabra ciego por cada murmullo.
- Quisselia, lleva a Connor hasta el banco de allá.
La sonrisa del rostro de mi amiga desaparece por completo. Esta se para con mala gana, y toma a Connor del brazo, para llevarlo hasta un banco vacío, unos cuantos mas atrás del nuestro. Quissi aparece y se sienta con rapidez a mi lado.
- Hoy vengo con ganas de hacer unos cuantos cambios.
Al terminar de decir esto, se escucha como todos comienzan a abuchear. Mientras que la señorita Enderson, saca su carpeta, y comienza a leer.
- Peter, ahora te sientas con Maria..
Mierda, cambios.
Nuestra profesora sigue, hasta que levanta la mirada de su carpeta, y mira a mi amiga de reojo.- Quissi, tú con Connor.
Miro a mi amiga, emitiendo mi risa por completo, y veo su rostro, el cual está lleno de confusión.
-¿Te ha llamado "Quissi"?
Susurro entre dientes, sorprendida.
- Que mas da. ¡Ahora me tengo que sentar con el ciego!
Mi mejor amiga suena molesta, y por mi parte, sigo oprimiendo mi diversión por todo lo que acaba de suceder.
Al terminar de decir esto, toma sus cosas y se dirige a su nuevo asiento.
La profesora Enderson sigue con sus cambios, y al terminar, cierra su carpeta.
Pues, quedaré sola. Esto será más que aburrido. Mierda.
Ahora tendré que prestar atención sí o sí.¿A quién no le han cambiado su compañera/o de banco, y se han quedado con la cara larga? Pues, siempre me pasa -.- odio eso!!
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Un amor, realmente ciego.
Romance- Solo quería enamorarme. Sin complicaciones, sin malos momentos. Y puedo decir, que sucedió. Hasta que todo tuvo que empeorar - ¿Enamorarse? Puede ser algo mágico. Cuando decimos, que el amor es ciego, acertamos por partes. ¿Pero qué pasaría si re...