🚨

1K 88 22
                                    

EMILIO

Una maldita sonrisa no abandona mis labios. Todo el camino de regreso a casa, me sentía feliz algo que no sentía desde hace mucho tiempo.

Por ahí dicen que las personas te cambian.

Si bien... podria decir que Joaquin me a regresado un poco de la felicidad que realmente no recuerdo ni como se siente.

Todo lo que pasó en la escuela regresa a mi mente una y otra vez. La manera tan bonita en la que se rie y cuando salen esas pequeñas arrugas en los extremos de sus ojos. Su besos es algo que me encanta, sus labios son tan adictivos y su sabor, la suavidad de estos y lo cálido que se siente cada que tengo oportunidad de saborear.

- Jóven Marcos, llegamos - el chofer me indica, miro por la ventana y veo que es verdad. Hemos llegado, no espero nada y salgo del auto adentrandome. Mi padre está en la mesa de espaldas mientras lee el periódico tomando un vaso de Whiskey. Rogándole a todos los santos, camino despacio sin hacer mucho ruido y poder ir a mi habitación sin escuchar sus sermones.

- La puerta hace ruido, te recuerdo - habla lo suficientemente alto para que lo pueda escuchar. Suelto un suspiro frustado al ver que mi plan falló. De repente la felicidad que sentí por cinco minutos se esfumó.

- Hola a ti también - voy casi corriendo a las escaleras queriendo subir.

- No tan rápido - me detengo, despacio, doy la vuelta sobre mi lugar viendo como se levanta de su asiento caminando hasta mi - Tengo que hablar contigo

- Todo lo que has querido hablar conmigo desde hace una semana es sobre la tan esperada cena que planeas ¿Es eso? Porque si no, no tenemos nada de qué hablar - doy un mínimo giro sobre mi lugar pero él me toma del brazo deteniendome.

- ¿Por qué nunca quieres escucharme? - lo que sale de mi es una mirada de indignación.

- ¿Por qué? ¿Tienes el descaro de preguntarme el por qué? - le recelo. Asiente - Te diré por qué - bajo un escalon quedando ligeramente más alto que él - Siempre que tú quieres hablar conmigo es solo para reprocharme las cosas que hago, estén bien o no. Nunca me has tomado en serio, nunca te has preocupado por mi, nunca te has tomado el tiempo de escucharme realmente no sé por qué lo haces ahora, no sé qué tiene de diferente esta vez - mis ojos se cristalizan levemente.

- No es así...

- ¿No? ¿Entonces cómo es padre? ¿Cuántas veces no te necesité, cuántas veces no he necesitado el amor y los consejos de un padre?... - paso brúscamente mi mano por mis ojos alejando todo rastro de lágrimas - ¿Sabes acaso las veces que me encerraba en mi cuarto a llorar sabiendo que mo era el hijo eficáz que tanto querías, o el como me deprimia cuando me restregabas los logros de Christian mientras nos comparabas? Claro, siemore alabandolo a él como siempre ¿Cuánto no te necesité cuando era un niño y fue mi obra de primaria? ¿Sabes acaso la descepción y la tristeza que sentí al escuchar y ver a todos los que eran mis amigos hablar de sus papás que fueron a verlos? Claro que no lo sabes, yo sufrí al estar en el escenario y olvidar mi línea y ver como todos se burlaban de mi...

Flashback

Un pequeño Emilio de seis años se encontraba mirando por los telones escondido, tratando de buscar entre todos los padres de familia ver a su padre. La obra se estaba haciendo en conmemoración al dia del padre. Emilio un dia antes había ido con su padre a su oficina a entregarle la invitación que él con mucho cariño habia hecho.

- Habrá pastel y... muchos globos, también cantaré y recitaré un poema vestido de borrego y también... haremos una obra - habló con cierta dificultad ya que los frenillos que estaban pegados a sus dientes se lo impedia.

Éxtasis de Velocidad | EMILIACO [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora