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EMILIO

Las palabras salieron de mi como vómito verbal. Realmente ni yo sabía cómo esque tuve el valor de decírselo simplemente lo hice y me siento bien con ello. Joaquin se había vuelto alguien especial para mi, Joaquin era esa pieza faltante en mi rompecabezas y por fin que la había encontrado, no dejaría que se me fuera y la tendría en su lugar para que estuviera completo todo el tiempo posible.

Me había enamorado perdidamente de Joaquin, todo de él me encantaba y no creo poder resistir un rechazo de su parte en cualquier aspecto.

Ahora, lo único que me queria proponer es que Joaquin no sufriera y menos por causa mia. Verlo llorar esa vez en el lago hizo que mi pecho se oprimiera y una sensación desagradable apareciera en todo mi cuerpo. Alguien tan hermoso como él no merece sufrimiento.

No tenia el valor ahora mismo de verlo. Seguia abrazándolo con mi cara escondida en su cuello y mis brazos alrededor de su cintura.

Las caricias que estaba haciendo en mi cabello se detuvieron espontáneamente en cuanto dije la frase.

- Emilio... - me llama, hago como que no lo escucho apretando más mi agarre. Su mano encuentra mi barbilla alzándola obligandome a verlo, nuestros ojos analizan los del otro haciendo que danceen de un lado a otro - Repítelo - ordena. Aprieto los labios y lo vuelvo a decir.

- Sé mi novio Joaquin - digo directo y seguro. Sigue viendome sin alguna expresión por algunos segundos hasta que de repente, sonrie tan hermoso con un brillo desprendiendo de sus ojos color miel.

Comienza a asentir y una felicidad inunda mi sistema.

- Si

- ¿Si? - pregunto sin creermelo.

- Si Emilio - junta nuestros labios que dura apenas sin moverlos  - si quiero ser tu novio - le sonrio viendolo con adoración.

Mi adoración

Que bien se siente decirlo

- Ya me lo pediste tú, ahora me toca a mi - aclara su garganta - joven Marcos ¿me haría el favor de convertirse en mi novio y próximamente padre de mis hijos? - rio fuerte ante su pregunta.

- Claro que si - tomo su rostro entre mis manos besándolo como si fuera la última vez - eres mi novio - afirmo sin todavía creerlo.

- Y tú mi novio

- ¡Mamá, papá tengo novio! - me siento sobre la cama levantando mis brazos gritándolo - ¡Y es hermoso!

- ¡Emilio cállate! - me regaña riendo también cubriendo su rostro sonrojado. Tomo sus manos quitándolas de su cara que al hacerlo, me muestra una sonrisa tímida.

Toco delicadamente su nariz de botón causando que la arrugue de forma divertida.

- Tendré el honor de presentarte ante mis padres como la persona que me hace feliz y la que me ha robado el corazón - junto su frente con la mia.

- Y yo tendré el honor de poder confirmarlo - deposito un beso en su frente. Nos quedamos en silencio unos minutos hasta que escuchamos un rugido provocado por su estómago. Me mira con pena bajando la mirada - que vergüenza

- Está bien, hay que bajar a comer algo - doy un pico en sus labios levantandome de la cama caminando hasta mi armario tomando un pantalón de chandal y una camiseta de tirantes. Cuando me volteo mi corazón se llena de amor y ternura al ver a Joaquin con mi camisa puesta la cual le llega hasta la mitad de sus muslos - Me vas a matar

- ¿Por qué? - pregunta haciendose el inocente.

- No puedes bajar así, no le daré el privilegio a mi hermano de ver tus piernas - noto como su cara cambia radicalmente y se tensa - ¿Todo bien?

Éxtasis de Velocidad | EMILIACO [COMPLETADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora