Capítulo 5

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Capítulo 5

   Una mañana Eileen había despertado, sintiendo una pesadez dentro de su corazón. Respiro profundamente, sin poder imaginar aquel futuro que se avecinaba en su vida. Y sobre todos aquellos sentimientoschocarían dentro de ella, mientras ser más fuerte de lo que había sido antes, se volvería en una batalla interna.

  ¿Podría un sentimiento prohibido adherirse con tanta fuerza?

   En ese segundo ataque su hermano y su padre habían ganado. Su hermano y su prometido llegaron llenos de júbilo. Eran obvios los motivos… Habían ganado esa batalla y habían logrado herir a uno de los integrantes de aquella familia real. Aún ignorando que él no había muerto.

_ ¡Quien lo hirió fue William al llegar por sorpresa!..._ decía su prometido_. Aunque después sus hombres se lo hayan llevado. Bueno… al menos uno. Pues el otro cayó al atravesarse en mi camino.

_ De seguro en este momento le hará compañía en el mundo de los muertos…_ expresó Declan con un tono irónico y burlón, mientras ella ignoraba de quién hablaban.

   Se dio la vuelta y regresó a su habitación al sentir que una parte de ella se sentía como asfixiada. Queriendo huir sin motivo alguno.

   Y tres días después…

_ ¿A dónde vamos?_ le preguntó Beatrice, algo sorprendida al verse con un pequeño bolso en sus manos.

_ A mi lugar secreto… El que solo tú y yo conocemos…

_ Eileen, ¿Estás segura? ¿No crees que será peligroso?

_ ¿Para quién?_ expresó al hacerle un gesto para que le viera. Estaba usando un vestido no usual para una princesa. Sino para una campesina.

_ ¿Y si tu padre? ¿O si…

_ ¡Por favor!... No me hagas rogarte… Ellos no me verán. Saldremos por nuestro escondiste.

_ Eileen…

_ Si no me acompañas… Pienso ir igual sola… Y no le temo a eso. Hace tiempo que dejé de ser una niña…_ hizo un gesto un poco infantil, mientras decidía irse sola.

_ Tu padre un día de esto me cortara la cabeza… _ dijo al resignarse y al seguirla_. Espero que valores entonces lo que hago por ti…_ agregó un poco molesta

_ ¡Mi padre no hará eso!... Yo no lo permitiré… Además, eres la doncella que él eligió para mí. Y él debe saber que estas para obedecerme… No haces nada sino es mi voluntad. Y además, eres mi mejor amiga… O la única que tengo._ sonrió al abrazarla, mientras se dirigían a aquel escondiste.

   Aquel día su vida cambiaría de nuevo.

   Tomaron sus caballos y se fueron lejos del castillo. Hacia el sureste.

   Al llegar, mientras caminaba junto a Beatrice por aquella pequeña colina, teniendo a sus caballos a su lado, como siempre, cuando subían por allí. La brisa rozaba sus rostros y jugaba con sus cabellos hasta llegar a aquel lugar secreto. Una casa abandonada que Eileen había descubierto cuando tan solo tenía dieciséis años. Y que a mis veintitrés años, seguía siendo su lugar de escondiste. Su lugar secreto. Como si aún fuese una pequeña niña.

   Abrió la puerta de aquel lugar, llevándose la sorpresa de su vida. En el suelo había un hombre joven hirviendo en fiebre y se encontraba mal herido. Aquel hombre joven, era aquel que la había salvado cuando había caído al río y pensó que moriría ahogada.

_ Puede ser peligroso… No te acerques a él._ le advirtió Beatrice asustada, aun así, Eileen no la escuchó. Algo en su interior no le dejó hacerlo.

_ No, no lo es… Lo conozco._ dijo al arrodillarse y al ver su rostro. Se preocupó al verlo hirviendo en fiebre, al igual que al ver su herida_. Aún esta vivo… Ayúdame a bajarle la fiebre y a curar su herida… Debemos hacer algo por él…

_ ¿Cómo que lo conoces?_ expresó sorprendida.

_ No es momento de hacer preguntas…_ se levantó, dispuesta a cuidarlo. Y devolverle el favor.

   Sin saber lo que en realidad hacia. El era su enemigo. Quien deseaba acabar con su familia, incluso consigo misma. Y ella estaba allí dispuesta a salvarlo.

En Medio del Amor Y El Deber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora