En un mundo ideal no habría Alfismo que apresara y humillara a los Omegas como Park Jimin; un galardonado médico de campaña al servicio militar y por cuyo respeto debía luchar día tras día.
En un mundo ético no habría ese miedo irracional a lo desco...
Kim TaeHyung estaba en su pequeño cubículo, sosteniendo en sus manos aquellos impolutos papeles y con sus ojos oscuros clavados en las fotografías superiores.
Tan cansado y agotado de forma repentina que solo lograba cabrearse consigo mismo por tal razón. Su estúpido lobo casi inservible y que siempre había pasado desapercibido lo estaba matando. Si un Beta era casi imposible que sintiera su propio aroma o que se dejara llevar por su lobo, ahí estaba una prueba de que había encontrado a sus destinados.
TaeHyung había comenzado a tomar supresores para Omegas hacía unas semanas, pues los innovadores de aroma ya no surgían efecto en él, su lobo pareciera haber aceptado por sí mismo el aumentar y mostrar su aroma para lograr llegar a su Alfa y su Omega.
El estómago de TaeHyung dolía horrores por las pastillas que no eran para su casta, por la misma razón recibía calambres en su vientre y sudores repentinos junto a ligeros mareos. ¿Pero qué iba a hacer él si no existían supresores para Betas? ¿Si siempre habían sido innecesarios y aunque fuera el caso contrario lo más probable es que no los hubieran creado porque los Betas son la escoria del mundo?
Si TaeHyung creía que su lobo lo estaba matando por esa creciente necesidad de buscar a esos dos chicos, no era consciente de que él estaba matando a su lobo con hormonas no correctas para él y al negarse a sus súplicas al dormirlo con pastillas.
Con fuerza cerró sus ambos ojos tratando de volver a centrar su vista cansada en los papeles, de nueva cuenta sus ojos cayendo en aquellas dos pequeñas foros del carné identificativo de esos chicos.
Park Jimin, un muy lindo y que asemejaba ser delicado Omega. Grande fue su sorpresa al revisar que su mayor era militar, de los mejores de su generación, con honores y galardones.
Jeon JungKook, un guapo y sexy Alfa. Con un historial limpio e impoluto que si no fuera por una riña familiar, una vieja denuncia que fue retirada por el mismo que se la había dado...su padre.
TaeHyung comenzó a divagar en el motivo de porqué JungKook había recibido una denuncia de su padre, de porqué Jimin había invertido tanto esfuerzo por destacar en algo que supuestamente no era para él.
-Kim. -El Beta elevó su rostro hacia su superior e hizo una reverencia aún sentado. -¿Has mandado ya las vistas? -El cuestionado asintió, su superior pudo notar ligeramente la incomodidad y nerviosismo en él. -Será algo sencillo, un juicio rápido, no te preocupes.
TaeHyung no estaba preocupado oro el juicio, había asistido ya a algunos, lo que le preocupaba y causaba nervios era volver a encontrarse con sus ambos destinados.
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JungKook salía de clases, acompañando a sus pequeños alumnos cachorros hacia la salida para responsablemente solo dejarlos marchar si era con uno de sus padres o familiar asignado a lo mismo. A día de hoy seguían habiendo mucho enfermo suelto.
JungKook seguía la canción infantil de sus niños sobre un tómate siendo él el último de la fila tras los menores. Soltó una carcajada cuando SooBin, uno de sus niños favoritos, se equivocó y tropezó indignado con su propio pie. De golpe nos niños se detuvieron viendo al frente, él les miró confuso y de un segundo a otro los tenía a todos escondidos tras su piernas haciendo un bulto e imagen adorable.
