-¿Así que la chica mala también canta? -una bandeja de comida cae en la mesa donde estoy sentada; había decidido no subir a la azotea con los demás, estaban bombardeandome con preguntas sobre por que no les había dicho que cantaba “tan bien”.
Levante la mirada y me encontré los los marrones ojos de nadie mas que Christopher.
-¿Qué quieres? -no tenia tantas ganas de entablar un conversación con él.
-¡Wow! Tranquila, solo no conozco a nadie mas que a ti aquí dentro -sabia que lo conocía de algún lado, ahora esa era la gran incógnita ¿de donde?
-¿Me conoces? -que comience el interrogatorio.
-Si -dijo un tanto confundido- ¿ no me recuerdas?
-¿Si recordara quien eres, crees que te estaría preguntando?
-Tienes tu punto -respondió- ¿quieres saber de donde nos conocemos?
Un tanto desesperada casi grito un si por respuesta -Como quieras...- dije haciéndome la desentendida.
-Entonces tendrás que esperar -antes que pudiera hacer cualquier tipo de reclamo tomo sus cosas y se fue a unas mesas mas alejadas de la que me encontraba.
-Idiota -murmure. Desde lejos mientras que él comía me miraba con esa estúpida sonrisa en su rostro ¿por qué no logro recordarlo?
******
Luego de almorzar sola salí disparada para la habitación, necesitaba descansar de todo por un rato.
Cuando llego la puerta del baño esta entre abierta, dentro de escuchan sollozos.
-¿Xira? -abro del todo la puerto y ahí la encuentro, de sus brazos brota sangre y sus lagrimas corren a montones -¡¿que haz hecho?!
Me tiro al lado de ella, solo llora no dice nada. No se que hacer, no eh estado en una situación así antes.
-No es nada -dice entre lagrimas- nunca voy a estar bien -me abraza y sigue llorando, por alguna extraña razón yo también lo hago. Ambas tiradas en el suelo del baño, llorando, intentando sacar todo el dolor que llevamos dentro.
Los minutos pasan y logramos calmarnos.
-¿Ahora me dirás que paso? -de verdad lo necesitaba, a demás ella necesitaba desahogarse aunque sea un poco.
-Ellos vinieron, me gritaron, destruyeron todo en cuestión de segundos -nuevamente comenzó a llorar.
-¿Quienes son ellos? -pregunte mientras me paraba, tenia que buscar algo con lo cual limpia sus heridas.
-Mis padres -esas palabras salieron de su boca con tanto rencor- ni siquiera se por que vienen, nunca voy a salir de acá, y menos si luego tengo que volver con ellos.
Tomo un paño y lo mojo con agua tibia -Necesito que te pares, así limpio eso- apunto a sus brazos.
-¿No le dirás a nadie que lo hice, verdad? -me miro con suplica.
-No lo se Xira -respondí- no quiero entrar a la habitación y encontrarme con esto, ¿que pasa si algún día no llego para que te detengas?
-Si muero a nadie le va a importar Ar, solo necesito que no le digas a las enfermeras ni a nadie, me llevaran al ala de los problemáticos, y no quiero -su voz se iba entrecortando- por favor.
-Si no les digo me tienes que prometer que lo vas a intentar, que vas a intentar parar todo esto -seguía limpiando sus brazos, luego tendré que limpiar el baño, para que no quede evidencia.
ESTÁS LEYENDO
I.R.A (Internado de Rehabilitación para Adolescentes)
Ficção AdolescenteVivir de fiesta es lo que ella hace; drogas y alcohol corren por sus venas todos los días de la semana. ¿Padres? Demasiados ocupados con el trabajo. ¿Amigos? En todas las esquinas. ¿Chicos? En su cama nunca está el mismo tipo. Una noche todo se sale...