Pov. Kara
- ¿¡Que tengo!?- gritó asustándonos a todos.
- Tienes melioidosis.- le dije.
- ¿Qué es eso? ¿Y cómo lo sabéis?
- Es una enfermedad muy poco común que afecta al corazón y al sistema nervioso. Lo sabemos por los análisis, y no, no pueden estar mal ya que hemos hecho 4 pruebas a la vez. - dijo Lena.
- Vale, ¿y cómo se cura?
- Con 3 miligramos de Ceftazidima. – dijo Maggie.
- Bien, pues llamad.
10 minutos después:
- Perfecto, ¿quién de vosotros se queda para ponerme la medicina?
- Yo me quedo, salid vosotros. – les dije.
Justo cuando me iban a contradecir les dije:
- Maggie tú tienes una hija a la que cuidar, Nía tú estás de prácticas y Lena eres mi mejor amiga por eso no puedo ponerte en peligro. Nos vemos dentro de un rato.
- Kara, yo me voy a quedar aquí, me da igual lo que digas. – dijo Lena.
En cuanto la oí, no pude evitar sonreír, sabía que era imposible quitarle esa idea de la cabeza.
Los chicos nos desearon suerte y prometimos cuidarnos la una a la otra.
- Yo haré el intercambio. – dijo Maggie
Y así fue, los minutos fueron muy tensos para todo el mundo. Mientras la gente se iba, Maggie entró y nos entregó el bote y una jeringuilla.
- Ahora que estamos solas analizad ese bote, no quiero tonterías. – dijo poniéndose seria otra vez.
- ¿También quieres inspeccionar cómo lo hacemos? – dijo Lena sarcásticamente.
- Si, gracias. – dijo ella dándole la sonrisa más falsa que he visto en mi vida.
- Por fin. – dijimos todas a la vez.
- Los resultados confirman que es Ceftazidima. – dije.
- Quiero que me los pongas tú, no me fio de ella. – dijo señalándome.
- De acuerdo. – dije llenándola.
Se lo inyecté, y ella se relajó.
- ¡¡Me siento mucho mejor !! – dijo ella sonriendo.
Mientras tanto fuera:
- Señor pongamos los explosivos. – dijo uno de los agentes del S.W.A.T.
- Es peligroso. – contesto el capitán.
- Pero señor no sabemos qué hará ahora que tiene la medicina.
- Cierto, prepárenlos. Al mínimo ruido fuerte o disparo, los hacen explotar. – concluyó el capitán.
Dentro:
Pov. Lena
- Vámonos. – dije.
- ¿Dónde creéis que vais? – dijo apuntándonos otra vez.
- A fuera. – dijo Kara.
- Os vais a tener que quedar hasta que me dejen salir...
- O te lleven esposada, que es más posible. – dije, pero parece que no le sentó muy bien.
- Parece que hayas olvidado que tengo un arma.
- No lo ha olvidado, Lena déjalo. – dijo Kara, susurrando lo último.
- Jajajaja. – reí al recordar todo.
- ¿De qué te ríes? – dijo confundida.
- De tu plan, si es que tienes. En vez de esperar y pedir una cita, vas y nos secuestras para saberlo. Lo que te va a llevar a la cárcel, jajajajaja. – dije sin poder respirar de tanto reír.
- ¡Para de reír! – dijo acercándose a mí, quedando a escasos metros.
- Lo hice porque ya no tenía nada que perder. Mi madre murió hace un mes y no quería morir. – dijo.
- Sigo sin entender porque lo hiciste. – dijo Kara.
- Ya, yo tampoco. Entiendo que lo quieras saber, ¿pero porque hacer esto? Ahora vas a ir 20 años a prisión con suerte y todo porque no querías esperar dos meses. – dije intentando entenderlo.
- Jajajajajajajaja – nos carcajeamos Kara y yo.
- Parad o disparo. – dijo sacando humo por las orejas.
- A ver, yo perdí a mis padres de adolescente y nunca cometí ningún crimen. – dijo Kara.
- Y yo a mi madre y no voy disparando a la gente. – dije.
- ¡YA BASTAAAA! – dijo disparándome.
Lo que me sorprendió, ya que no noté nada. Mierda, tengo una idea de lo que ha podido ocurrir. Miré a mis pies y lo vi, Kara se había puesto delante.
- ¡¡¡KARAAA!!! – grité agachándome, presionando su herida.
No me dio tiempo a reaccionar, pues estaba al lado de Kara, en el suelo. Solo oí una explosión, pero, aunque aún no oía bien, me puse a presionar la herida de bala de Kara.
- No me dejes Kara, aguanta un poco más. Ahora nos vienen a rescatar. – dije comenzando a llorar fijándome en toda la sangre que había.
- Te he salvado. – dijo tosiendo sangre.
- Si Kara, me has salvado, pero tienes que aguantar un poco más. Sé fuerte. – dije mirándola a los ojos, esos ojos azul cielo que tanto me gustaban.
- ¡¡AQUÍÍÍ AYUDA, KARA ESTÁ HERIDA DE BALA!! – dije levantando los brazos.
- ¡Voy a buscar una camilla! – contestó Nía.
- Lena...tengo que decirte algo...que nunca le he dicho a nadie. – dijo Kara hablando con dificultad.
- Kara vas a vivir, pero tienes que guardar energía. No hables. – le dije con confianza, intentando no llorar.
- ¿¿¿DONDÉ ESTÁ LA CAMILLA??? – dije desesperada.
Pero cuando agaché la mirada, mi temor se había cumplido. Había demasiada sangre, sino la operaban ya, iba a perder a Kara.
- Lenaaaa, siempre...te he amado...desde el primer día...en que te vi. – susurró Kara asustándome y sorprendiéndome.
- Kara yo también... NOOOOO – dije en cuando vi que perdió el conocimiento.
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UN AMOR MÁS FUERTE QUE UNA BALA
RomanceKara y Lena se conocen desde la Universidad. Un suceso traumático ara que se confiesen su amor. ¿Lo acepatrán o huirán? Perdonen si está mal es mi primera historia. Son personages DC (sin poderes)