medio tiempo; toji fushiguro.

9.4K 356 87
                                    

!!!!!Esta historia contiene contenido explícito.!!!!!



Recogiste tus libros y saliste de la escuela caminando de la mano con tu mejor amigo, Satoru. Las clases habían terminado y a pesar de que tu cuerpo te pedía a gritos un profundo descanso, tu siguiente destino era la casa del pequeño al que cuidabas la mayor parte de la semana, Megumi. Mientras Satoru se despedía del resto de la clase, y de conocidos suyos que atravesaban su camino, tú mirabas perdidamente al frente. Tu amigo notó tu ausencia, empujándote suavemente.

"¿Sigues pensando en el papá sexy?" cuestionó él, su rostro era cubierto por una enorme sonrisa, llena de satisfacción al molestarte. Ver cómo te sonrojabas al escuchar sobre aquel hombre era su mayor entretenimiento. 

"¿Q-qué? ¡No!" gruñiste, finalmente sacudiendo aquellos vacíos pensamientos. "Sólo estoy cansada, tengo que estar ahí en media hora." dijiste, y no era del todo mentira. Sí estabas cansada, agotada, tu cuerpo estaba a punto de rendirse, pero Gojo no estaba muy equivocado. No podías sacarte de la mente al papá sexy, como Satoru le apoda. Suspiraste pesada, intentando ignorar las burlas del albino. 

"Yo te llevaré entonces," dijo él, rodeando tu hombro con su brazo mientras caminaban a su carro, sonriendo como lunático.

Después de un corto trayecto que se sintió eterno gracias a las burlas y comentarios inapropiados de tu amigo, sentiste un alivio inundar tu cuerpo al llegar justo a tiempo. Satoru analizó la casa, asintiendo la cabeza, aprobando. Era grande, se veía bien decorada, buena ubicación. Te regaló un pulgar arriba, antes de despedirse y desaparecer por la avenida principal, reíste mientras tocabas la puerta exactamente tres veces, como de costumbre. Acomodaste la mochila sobre tu hombro, esperando un par de segundos.

"Hola, ________, llegas temprano." dijo el pelinegro al abrir la puerta, recargándose contra el marco de la puerta, esperando una respuesta antes de dejarte entrar, quizá no era lo más apropiado, ni correcto, pero adoraba fastidiarte. 

"Oh, sí, un amigo me trajo." dijiste apuntando al camino por el que Satoru había desaparecido segundos atrás, Toji alzó una ceja, haciéndose a un lado para dejarte pasar sin decir nada más. 

"¿Mucho trabajo hoy?" dijiste dejando tu bolsa en el perchero, quitándote los zapatos y el abrigo como siempre. La casa de Toji siempre era cálida, creando un perfecto contraste entre las frías calles de Tokio que dominaban esta temporada de invierno. 

"Sí, un poco. Yyyy..." dijo él, alargando la última sílaba, lo miraste con una expresión preocupada, de broma claro, aún así, te preparaste para escuchar o una petición extra, o malas noticias. "Quería saber si podías quedarte un poco más tarde hoy" dijo él, juntando sus dos manos frente a su pecho, mirándote con un ojo cerrado, haciendo una mueca juguetona, a pesar de que sabía a la perfección que jamás le dirías que no.

Sonreíste, sintiendo alivio al saber que no se trataba de un cambio de planes negativo, quedarte significaba más dinero, más tiempo con Megumi (y más cansancio, pero eso no importaba mucho en ese momento).

"...tengo una cita hoy, y llegaré un poco más tarde." Tu sonrisa rápidamente desapareció, y no parecías entender el por qué. Frunciste el ceño suavemente, agitando la cabeza, intentando deshacerte de aquellos extraños pensamientos que se habían apoderado de tu mente. 

"S-sí, no hay problema" sonreíste, mirando directamente a los ojos al hombre frente a tí. 

Toji Fushiguro era alto, su complexión era musculosa, podías notar cada curva de sus músculos, cada relieve de las venas que cubrían sus antebrazos. Si subías la mirada un poco más, podías encontrarte con una cara que podría ser considerada como perfecta, hermosos ojos verdes, fuertes facciones, y labios rosados adornados por una cicatriz. Toji notó como tu mirada paseaba tranquilamente por cada una de sus facciones, sin prisa, ni preocupación alguna. Sonrió de lado, finalmente haciéndote notar que habías pasado demasiado tiempo observándolo, aunque sólo hubiesen pasado un par de segundos. Apartaste bruscamente la mirada, tosiendo a través de tu puño intentando disimular la incómoda situación en la que habías mentido. 

jujutsu kaisen; one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora