cinco minutos más; yuji (pt. 2)

2.1K 207 36
                                    

Ha pasado más de un año desde la ejecución de Yuji, los primeros meses eras un completo desastre. Te habías atrasado en todas tus clases, evitado cualquier tipo de misión, e incluso salir de tu habitación era una rara ocurrencia. Nada se sentía igual. Cualquier acción que realizabas, por más mínima que sea, te recordaba a él. A su injusta muerte, a las terribles circunstancias que lo habían llevado a comerse el maldito dedo, a volverse un hechicero. Si no lo hubiera hecho, quizá jamás lo hubieras conocido, pero seguiría aquí. 

Megumi y Nobara entrenaban junto a los de ahora tercer año, Maki y Toge, el intercambio de este año era en un par de semanas y debías recuperar el tiempo perdido, a pesar de que el evento era la más mínima de tus preocupaciones. Te sentaste un momento después de estirar, viendo cómo Panda sacaba volando a Nobara, como siempre. Un extraño, pero extremadamente gracioso suceso que ocurría con demasiada frecuencia. Reíste en bajito, llamando la atención de Megumi quien te dedicó una suave sonrisa. Era su código para "¿todo bien?", le regresaste el gesto, permitiéndole seguir entrenando con tranquilidad. 

"________, por fin te encuentro. ¿Tienes cinco minutos?" preguntó Gojo-sensei, apareciendo detrás de tí, haciéndote brincar en tu lugar por el susto.

"Ah, Gojo-sensei, sí, ¿qué sucede?" preguntaste poniéndote de pie, sacudiendo el residuo de polvo que se había posado en tu trasero. 

"Sígueme" dijo él, sin dar explicaciones, como siempre. 

Obedeciste y comenzaron a caminar juntos por el pasillo, misteriosamente, en silencio. Alzaste una ceja sospechosa, mirando de reojo a tu profesor. A pesar de que se veía normal, su actitud era extraña. Gojo Satoru jamás guardaba silencio, nunca. Quizá cuando estaba muy embobado viendo a su novia, Osaki-san, pero fuera de eso, nunca. 

"G-gojo-sensei...¿Qué suc-"

"¿Estás bien, ______?" Preguntó él, interrumpiéndote. "Sé que lo estás, pero necesito confirmación verbal." 

"¿Eh? ¿Confirmación verb- ¿De qué demonios hablas?" dijiste, alterándose. En ese momento te diste cuenta perfectamente a dónde se dirigían, sentiste un escalofrío inundar cada milímetro de tu cuerpo, sudaste frío y sentiste tus rodillas temblar. "¿Qué hacemos aquí?" dijiste una vez parada frente a la puerta de la habitación de Megumi. 

"Creo que es momento." Dijo el albino, sacó una llave de su bolsillo y abrió la puerta. Tu corazón se detuvo. 

Creías que nadie tenía acceso a su habitación, y ahora estabas ahí, parada ante su cama aún desordenada, su extensa colección de mangas en el suelo, y claro, su póster de una chica sexy pegado en la pared. Sentiste tus ojos humedecerse, cuando te adentraste un poco más, sentiste su olor inundar tu nariz, y te rompiste. En mil y un pedazos. Sentías que, de alguna forma, Yuji seguía ahí. Sentiste que nunca se había ido. 

"Yuji dejó algo para tí antes de..." Gojo se calló a él mismo, negando con la cabeza, reformulando su oración. "Puedes quedarte aquí, mientras lo revisas, cuando estés lista avísame,  ¿sí?" 

Asentiste débilmente con la cabeza, Gojo se acercó a tí y te dio una pequeña caja donde sabías que antes pertenecían un par de zapatos. La tomaste entre tus manos, sorprendida ante su ligero pero notable peso. Gojo te dedicó una suave sonrisa y despeinó tu cabello antes de salir de la habitación, dejándote sola con el recuerdo de Yuji. 
Te sentaste sobre el suelo, no queriendo mover absolutamente nada de lugar, querías que todo se quedara justo como Yuji lo había dejado. Observaste la caja por un par de segundos, sintiendo tus manos sudorosas temblar con siquiera pensar en abrirla. 

Después de un par de minutos llorando, observando la habitación, inundándote en recuerdos del chico a quien tanto amaste, decidiste que estabas lista. Era ahora o nunca. Cerraste los ojos y exhalaste, destapaste la caja de zapatos de golpe.

Y cuando creíste que la herida no podía doler más, viste la pequeña caja de zapatos repleta de fotos tuyas. Había fotos de Megumi y Nobara, también, pero las tuyas dominaban sin duda alguna. Cubriste tu rostro, dejando salir un par de lágrimas antes de seguir observándolas. Sonreíste. Jamás habías notado la enorme cantidad de fotos que sacaba de tí, en momentos tan inesperados, haciendo cosas triviales. Había fotos tuyas comiendo, jugando con los shikigamis de Megumi, posando mascarillas faciales con Nobara. Volteaste las fotos, riendo ante el pie de letra de algunas. Eran simples. "________ comiendo ramen", "________ persiguiendo a Megumi", "________ después de nuestra primera cita." 

Al terminar de observar las fotos, notaste que había algo más al fondo de la caja. Un sobre. Lo tomaste lentamente, con delicadeza, como si se tratar de una reliquia porque, de cierta forma, lo era. Abriste la carta con sumo cuidado, y sin estar preparada para leerla, lo hiciste. 


"Querida _________

Dos cosas pueden estar sucediendo si ves esta carta. 1) estamos leyéndola juntos, riéndonos sobre lo suertudos que somos, o 2) mi ejecución se llevó a cabo, y me estoy inclinando un poco más por la última, tomando en cuenta las circunstancias.
Estás sentada frente a mí, enfocada en tu libro mientras crees que estoy concentrado haciendo mi tarea, pero no. Jamás hago tarea, no hasta el último momento. 

Si Gojo-sensei te da esto, significa que ya no estoy con ustedes, probablemente leer eso te destroce, por eso le pedí que se asegure de darte esta caja, esta carta, cuando estés bien, cuando hayas seguido con tu vida y seas aún más fuerte de lo que eras. No como una forma de volver a abrir tu herida, si no, como una forma de sanarla por completo. 

Aún recuerdo el día en el que nos conocimos. Al menos, formalmente. Te había visto desde mucho antes. Me fijé en tí desde el segundo en el que pisaste pie en la escuela, a pesar de que te hayas tropezado conmigo horas después. También recuerdo el toque que sentí al darte mi mano para ponerte de pie, y en ese momento supe que estábamos hechos para encontrarnos. Eras tú. No Jennifer Lawrence, tú. Y no lo querría de ninguna otra forma. 

A veces, cuando estamos juntos, me da miedo tenerte a mi lado. No porque no sea mi cosa favorita, si no porque sé exactamente cómo voy a morir, y sé que será pronto. Aún no sé cuándo, pero sé que nos quedan un par de meses, como máximo. Quizá fue egoísta de mi parte permitirte enamorarte de mí, pero ¿qué te puedo decir? Soy irresistible. 

Lo nuestro fue irresistible.

Fue imposible de ignorar. 

Y me alegro de que no lo hayamos hecho. Daría mi ojo izquierdo por asegurarme de tener una vida completa junto a tí, pero no nací con tanta suerte. Puedo conformarme con haberte conocido, y haberte abrazado durante aquellas frías noches en las que te escabullías a mi habitación. Gojo siempre lo supo, por cierto. Me lo confesó un par de días atrás, pero creo que hace muchas excepciones conmigo al saber que no me queda mucho tiempo contigo.

Dos años a tu lado jamás fueron, ni serán suficientes, pero sí fueron los más felices. Me hiciste el más feliz, y ojalá yo haya logrado lo mismo contigo.

Ahora te levantaste de la silla, creo que comenzaste a sospechar que quizá no estoy haciendo mi tarea, así que debo despedirme. Por la expresión en tu cara, tienes hambre, así que procederé a llevarte por algo de comer. 

________ del futuro, cuando leas esto, quiero que me dejes ir. Sé feliz, y vive una larga, larga vida. Cuida de Megumi, abrázalo aunque sea un amargado, y no dejes que Nobara gaste todo su dinero en ropa.

Y por favor, no te tropieces con nadie más.

Te amo, _________. Y aunque ya no esté ahí, siempre serás mi otra mitad. 


Yuji Itadori :)

P.D, perdón por las veces en las que Sukuna te gritaba vulgaridades."


Alejaste el pedazo de papel de tí el segundo en el que tus lágrimas cayeron sobre él, una melancólica sonrisa decoraba tu rostro, a pesar del dolor, de las ganas de retorcerte en el suelo que tenías en ese momento, sentiste un poco de paz. Estabas lista.

"Hasta luego, Yuji Itadori..." 



jujutsu kaisen; one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora