jujutsu kaisen; one shots

daycare; gojo satoru

idea original de:  getouluvbott 

Era un largo día de trabajo para tí y Gojo. Ser asistente auxiliar -y esposa- del hechicero más fuerte de Tokio era pesado, definitivamente un reto. Afortunadamente para tí, Gojo era un padre lo suficientemente responsable como para tomarse el tiempo de recoger a su pequeño hijo de la guardería, Tadashi, pasar un rato con él antes de volver a casa, y así aligerarte un poco la carga.

El albino se despidió se despidió de Nanami, quien estaba tan concentrado en su último reporte, que no notó la despedida de Gojo. Él rió, negando con la cabeza mientras reemplazaba su vendaje negro por un par de lentes redondos al salir de la escuela. Se subió al auto y mientras conducía lentamente, marcó tu número, sosteniendo su celular entre su oreja y su hombro, esbozando una enorme sonrisa mientras pacientemente. Su momento favorito del día era este, cuando podía escuchar tu voz después de horas alejados.

"¿Síiiiii?" Respondiste, Gojo notó el cansancio en tu voz, y por el ruido de fondo sabía que seguías en la oficina.

"Voy por Tadashi ya, ¿te falta mucho?" Preguntó él, incapaz de borrar la boba sonrisa de su rostro.

"¿Tan pronto?!" Tu voz se aceleró, rápidamente te pusiste de pie y comenzaste a guardar tus cosas. Acomodar papeles, organizar las cosas para mañana. El tiempo había pasado volando debido a la enorme cantidad de trabajo con la que tenías que lidiar. Era el fin de la primera semana de Tadashi en su nueva guardería y te habías ofrecido a pasar por él. Cubriste tu rostro. Completamente apenada. "Soy una mala madre, Toru."

"Eres una excelente madre, y esposa." Dijo él, riendo ante el dramatismo de su esposa. "Estoy yendo por él, ve a casa e intenta relajarte un poco ¿sí? Llevaré un poco de comida." Dio una vuelta, saliendo finalmente a la autopista.

"Sería estupendo..." dijiste en forma de suspiro, sintiendo tu cuerpo liberar un poco la tensión que se había acumulado en tu organismo. "Nos vemos en casa, ve con cuidado." Dijiste, ahora sonriendo.

"Nos vemos en un rato." Gojo se despidió, colgando el celular antes de recibir algún tipo de multa.

Un par de minutos después, se encontraba estacionándose frente a la guardería. Un gran grupo de mujeres de todas las edades estaban reunidas en la entrada, esperando pacientemente escuchar el nombre de sus pequeños para recibirlos con un enorme abrazo y llevarlos de nuevo a casa. Sin embargo, la atención anteriormente perteneciente a sus hijos, ahora se posaba sobre Gojo. Más de una decena de señoras lo miraban boquiabiertas, derritiéndose ante el pequeño ángulo que revelaba sus hermosos ojos debajo de aquellos curiosos lentes negros. Gojo lo sabía. Estaba acostumbrado a recibir atención a donde sea que fuese. Gojo era muy atractivo, y ambos lo sabían. Cuando comenzaron a salir te causaba mucha inseguridad tener que lidiar con tantas chicas intentando ligar con tu novio cuando simplemente intentaban disfrutar de su cita, sin embargo, con el tiempo, y al ver que -a pesar de su pasado de mujeriego- Gojo realmente tenía ojos sólo para tí y para nadie más. Quizá para Tadashi también, pero era debatible.

El albino saludó con un simple gesto a todas las presentes, sólo para ser cordial. No le interesaba hacerse amigo de ninguna de ellas. Pero claro, al no ver ningún tipo de anillo en su dedo, una valiente mujer decidió actuar.

"¿Cuál de todos es tu pequeño?" Preguntó una mujer. Tenía cabello dorado, ojos verdes, y su blusa revelaba un llamativo escote, a pesar de todas aquellas atractivas características, Gojo tenía la mirada fija en su pequeño, quien lo veía desde el otro lado de la puerta, dando pequeños brincos llenos de emoción al ver a su padre una vez más.