Arthur Kingston.
Ese era el nombre más reconocido de toda la escuela. Un chico popular entre las mujeres, con un aspecto físico admirable, y calificaciones que se envidiaban.
Tenía muchas cualidades, a diferencia de otros chicos populares, él destacaba por ser el más amable y educado. No de esos típicos alumnos rebeldes que hacían suspirar a cualquier mujer.
Sin embargo, esos eran los motivos por los cuales Arthur nunca creyó volverse tan popular entre ellas.
¿Mujeres buscando al chico malo? Había pasado de moda.
Ahora todas buscaban uno educado, con principios, con un futuro prometedor. Y así lo describían a él.
Muchas pensaban que su vida sería entretenida, pero no. Él no tenía nada que contar más que sus estudios y sus oportunidades en el conocimiento.
Su cabello castaño se mojaba con las gotas de lluvia mientras que sus ojos verdes relucían con la escasa luz.
Lo único emocionante que tenía en su rutina, era el apuro por llegar puntual a la escuela.
Tenía un compromiso consigo mismo de siempre llegar una hora antes para alcanzar a leer unos libros antes de su primera clase. Siempre le gustaba ir más adelante y tener los temas vistos para cuando el profesor les explicara.
Pero después de allí, su rutina era aburrida, monótona.
Platicaba con su mejor amiga, almorzaban, seguían con los estudios y finalmente regresaba a su casa solo para continuar con sus tareas.
A veces se preguntaba si así sería el resto de su vida. Esperaba que no.
Aunque por el momento no se quejaba mucho, tenía inteligencia, dinero, amistades. Él creía que tenía todo, pero existía algo en el fondo de su corazón que le decía que existía algo que aún le faltaba.
¿Una aventura?, La deseaba.
¿Un romance?, Por el momento no estaba interesado en nadie.
¿Acción?, ¡Sí!, También quería vivir una experiencia digna para no olvidar. Una que quede en su memoria.
— ¡Wow!— Exclamó al torpemente chocar contra una chica.
Rápidamente tomó su mano para evitar que cayera y así mantener un equilibrio para acomodarse bien.
— Lo lamento, estaba pensando.— Respondió apenado una vez que estuvieron firmemente de pie.
Su cabello era rubio, y sus labios de un tono rojo carmín. No observó sus ojos debido a la capucha que tenía puesta para evitar el agua.
— Está bien.— Aceptó para levantar su mirada. Ojos azules.
— Bien, una vez más, lo lamento.— Respondió para alejarse de ella y adentrarse a la escuela.
Sentía la mirada a pesar de que ya había avanzado algunos metros. Por alguna razón, ella le causaba un poco de curiosidad. ¿Qué estaría haciendo tan temprano en la escuela y debajo de la lluvia?
Volteó de reojo y aún la pudo observar quieta en el mismo lugar en el que había estado antes.
"Que extraña..."
———›♣‹———
Las frías gotas de la lluvia fueron más que suficiente para decirle que ya estaba en el lugar correcto y que esto no era un sueño.
Estaba consciente, ella debería estar allí y ahí se mantendría.
Estiró su brazo hacia la silueta que cada vez se alejaba más y más de ella.
— Hola...— Se presentó como si él pudiera escucharla aún.— Mi nombre es Roselyn. Roselyn Darcy. ¿Cuál es el tuyo?
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Roselyn
Mystery / ThrillerROSELYN. Ese es el nombre de la chica misteriosa. Su comportamiento era extraño, admitía que le daba curiosidad por saber de ella. Pero debió haber recordado aquella frase que siempre le decían: La curiosidad mató al gato. Aunque no pensó que aqu...