10. Memoria

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M'Lady.

Era increíble lo que una simple palabra, una simple voz, una simple pronunciación podían hacer con tus sentimientos.

Un apodo tan simple, tan romántico, tan añorado cómo era el que le había puesto él. Arthur.

Nunca había sido fan del romance, era una chica seria con metas, con enfoques, con una dirección fija en la vida. Sin embargo, conocer a ese castaño le abrió los ojos para ver que existían sueños, pasatiempos, y diferentes opciones que podías tomar si así lo decidías.

Había sido una chica muy equivocada respecto a la vida, y agradecía con todo su ser encontrar a un chico como Arthur Kingston. Saber que existía más allá de lo que se podía ver, incluso que se podía sentir.

Deseaba volver a esos tiempos.

Dónde ella aprendía del mundo exterior, donde todo parecía un paraíso mágico con solo pisar el césped con los pies descalzos, observar el atardecer encima de una montaña después de un ardúo trabajo en el camino, y cómo un corazón latía con mucha más fuerza al ver esa pequeña pero deslumbrante sonrisa iluminando su vida. Benditos ojos verdes que le permitían ver la frescura de la vida, un verde tan vivo que encendía cada fibra de su ser.

Una relación estable, una relación sólida, una relación de dos.

O eso creía.

Porque por su parte, todo era el paraíso en su mundo si Arthur estaba allí para demostrarlo.

Sí.

Roselyn se había hecho muy dependiente a él. A su presencia, a su voz, a su tacto.

Sin embargo, ¿Alguna vez había pensado en el mundo de Arthur?

¿Alguna vez se había preocupado si Arthur se sentía cómodo en la relación que llevaban?

Claro, ella siempre lo besaba.

Sin embargo, Arthur era el primero en dar siempre el paso firme. En decirle sus sentimientos, en dar las acciones para que la relación diera frutos.

Mientras que ella... Lo besaba de vez en cuando cuando se sentía lista. ¿Era suficiente con eso?

No lo sabía.

Era muy torpe respecto al querer demostrar sus sentimientos hacia él. Sabía que Arthur había abierto muchas puertas en su mundo, pero no se sentía lista para decir lo que sentía respecto a lo que estaban viviendo.

Simplemente deseaba poder demostrar con un beso con lo que no podía describir en palabras.

"Te Amo". Un pensamiento que tenía desde siempre.

¿Podía ser posible? Con él todo era posible.

Y eso la hacía sonreír, porque creía que estaba bien. Que su relación tenía fortaleza, que ambos podían compartir sin palabras un sentimiento que tenían mutuamente.

O eso creyó.

———› ♣ ‹———

No todo fue como ella pensó.

Debió suponer.

Debió preguntar.

Debió actuar.

Quizás con eso, quizás su relación no hubiese acabado cómo terminó.

Flash Black.

— ¡¡Arthur detente por favor!!— Gritó con todo el dolor en su alma al ver que él huía de ella.

RoselynDonde viven las historias. Descúbrelo ahora