Roselyn había perdido el tiempo de cuántas horas le había tocado leer varios libros que pudieran ayudarla.
No quería espantar a Arthur, quería intentar acercarse a él para completar su plan en ese lugar. No le quedaba mucho para las vacaciones de fin de año nuevo y necesitaba llevar a cabo lo que tenía en la cabeza.
Como lo mencionó en el salón, no tenía tiempo para perderlo con otros alumnos que no le interesaban. Sólo tenía un objetivo y es lo único que quería hacer.
— ¡Vamos!, ¡Ahora tendrás la pinta de niña nerd!— Habló su amiga arrebatando el libro de entre sus manos.— ¿Qué se supone que estás leyendo?
— Es un libro que habla sobre las relaciones en la sociedad. Te explica un poco sobre cómo llevarte bien con una persona y así empezar una amistad.— Informó tomando el libro de nuevo entre sus manos.— Sabes que me quedan 7 días para que terminemos este periodo escolar.
— Sólo a ti se te ocurre hacer estos intercambios tan inesperados.— Se burló Celine mientras tomaba asiento a su lado.— Aunque no sé si lo has notado, pero la mayoría de los hombres te miran a ti y tratan de rodearte.
— Ya te dije que no me interesan.— Respondió rodando los ojos.— Además ya tienen mi advertencia, si se acercan los voy a golpear.
— Tranquila chica ruda. Pero creo que deberías dejar esa faceta, también puedes alejar a Arthur de ti. Aunque me sorprende que no lo haya hecho después de que le robaste directamente un beso sin conocerlo.— Comentó aún incrédula de lo que su amiga era capaz.
— Pensé que una excelente impresión para atraerlo a mí sería con algo que haga explotar sus sentidos. ¿Y qué mejor que un beso?— Respondió alegre mientras se sonrojaba.— Seguramente Arthur no va a olvidar esto el resto de la noche.
— Estás entrando en un área que no debería.— Añadió Celine preocupada.— ¿Por qué mejor no continuas con lo tuyo?
— Ya te lo dije.— Negó.— No pienso darme marcha atrás, tengo que hacer esto por mí. Me lo prometí.
— ¿Quién diría que terminarías de esta manera?— Interrogó cansada ante su insistencia.— Bien, pero espero que Arthur no tenga que pagar por lo que haces.
— Todo tiene un precio Celine. Y estoy dispuesta a pagarlo.— Respondió finalmente para cerrar el libro y dirigirse a otros estantes.— Puedes irte a casa, pienso quedarme aquí más tarde.
— De acuerdo, sólo no salgas muy noche. Te veo en mi departamento.— Añadió agotada mientras preparaba su propia mochila. Pero antes de irse recibió un abrazo de parte de la rubia.— ¿Qué...
— Gracias.— Exclamó con sinceridad y quitando su carácter.— Sé que no tienes la obligación de ayudarme pero estás aquí acompañándome. Te lo agradezco.— Sonrió con amabilidad mientras era correspondida.
— Te dije que me caes bien Rose.— Mencionó rendida ante su abrazo.— Me importa que seas feliz, aunque eso signifique que tenga que seguir tus decisiones.
— Sé que nuestra amistad durará para siempre. Me encargaré de ello.— Finalizó para separarse de ella e irse corriendo.
Celine la observó hasta verla desaparecer entre uno de los tantos pasillos de la biblioteca.
Seguía pensando que todo esto terminaría muy mal, pero si su amiga insistía, ella quería acompañarla.
———› ♣ ‹———
Poco a poco las personas comenzaba a abandonar la biblioteca. Sin embargo, Roselyn recordaba que Arthur nunca había sido bueno para la Historia.
Gracias a que había hecho una pequeña amistad con una fan de él, logró saber ese punto débil de él.
Para su buena suerte, mañana se presentaba esa materia para ellos dos y podía hacer un favor que pareciera desinteresado para comenzar una amistad.
Claro, este favor tenía un gran secreto dentro.
Aprovechó en buscarlo en uno de los rincones más solitarios de la escuela, muchas habían confirmado que cuando se trataba de estudiar era imposible encontrarlo. Parecía un fantasma porque desaparecía de la vista de las personas.
Pero no para ella.
Lo había investigado lo suficiente para saber dónde podría estar.
— ¡Vaya, así que aquí es tu escondite personal!— Admiró al verlo concentrado en la orilla de la azotea mientras disfrutaba del atardecer.
Arthur se sorprendió y agradeció tener buenos reflejos como para no dejar caer el libro.
— ¿¡Qué, qué haces aquí?!— Cuestionó un poco asustado. Parecía como si lo siguiera a dónde sea que fuera.
Este era su escondite favorito de la escuela y nadie lo había descubierto. Ni siquiera su mejor amiga.
Roselyn sonrió.
— Lo siento.— Lamentó con suavidad.— Es sólo que quería escaparme de las personas.— Informó acercándose a él, pero a diferencia de la mañana, ahora había respetado su espacio personal. Acto que agradeció Arthur. Se sentía incómodo cuando estaban tan cerca de él.— Ya sabes, soy la chica nueva y llamo la atención de varios.
— Vaya, bienvenida a mi mundo entonces.— Respondió dando un suspiro. Pensó que con él la situación era intensa, pero ahora recordaba que muchos trataron de acercarse a ella y eso que ni siquiera la conocían. Ni él tampoco.
— ...Sí. Este mundo apesta.— Respondió cambiando su expresión.— En fin, hablé con la bibliotecaria y los libros sobre Historia están agotados para el préstamo. Me comentó que tú podías ser una opción para conseguirlo.
— ¿Vas a presentar también?— Cuestionó confundido.
— Sí. No porque la escuela me haya adquirido siete días antes de tener las vacaciones navideñas significa que estoy absuelta de los programas de la institución.— Respondió.— Me alegra saber que ambos pensamos lo mismo acerca de nuestro lugar de estudio.
— ¿Te molestan los espacios cerrados también?
— Me molesta tener a las personas teniendo la atención en mi. Me hablan de amor pero no conocen el significado real.— Comentó sin ánimo.— ¿Nunca te ha tocado convivir con mujeres que nunca has conocido en rosa tu vida y de la nada te llegan declaraciones de la atracción que sienten hacia a ti?
— ¿Cuentas en la respuesta?— Interrogó haciéndola sonreír.
— Te conozco Arthur.— Informó para su sorpresa.— ¿Acaso crees que he venido sólo porque te vi a primera vista y caí enamorada de ti?
El castaño la observó con cuidado. Estaba seguro de no haberla visto antes. ¿Cómo creía que lo conocía?
— Te lo dije hoy en la mañana y te lo recuerdo esta tarde también. Me gustas.— Respondió mientras que los últimos rayos de luz iluminaban su rostro.
Él se perdió.
Era increíble la belleza de su mirada, sus ojos azules mostraban sinceridad y existía algo en ella que lo ponía nervioso. ¿O era sólo la sensación del beso que volvía a recorrer todas sus venas para finalmente pasearse en sus mejillas?
— Aunque no tengas conciencia sobre mí, he estado siempre a tu lado.— Estiró su mano hacia él.— Recuérdame, soy Roselyn Darcy.
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Roselyn
Mystery / ThrillerROSELYN. Ese es el nombre de la chica misteriosa. Su comportamiento era extraño, admitía que le daba curiosidad por saber de ella. Pero debió haber recordado aquella frase que siempre le decían: La curiosidad mató al gato. Aunque no pensó que aqu...