Capítulo 3: Capitán

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Fui la primera en despertar. Miré el reloj viejo que había en la habitación en la que dormía y eran las 5:30 am. Demasiado pronto, pero una vez despierta... no podía dormir de nuevo. Me levanté como pude, aún me dolía todo el cuerpo por la guerra de Marineford. Me gustaría saber más detalladamente lo que pasó, así que luego intentaría coger un periódico.

Hoy iríamos a comprar todo lo necesario para el barco, nos reabasteceríamos de suministros. Law dijo que me acompañaría a comprar lo necesario para la habitación, pero no lo entiendo, si supuestamente no me iba a quedar un tiempo largo, solo hasta que encontrase a Marco y los demás.

Decidí moverme de la habitación e ir al exterior. Caminé por los pasillos y me topé con la sala en la que se me operó. Me quedé embobada mirando por la ventana, estábamos debajo del mar y los primeros rayos del sol atravesaban el océano. Era hermoso. Pero entonces... no podía ir al exterior. No recordaba que esto era un submarino. Me aproximé a la sala del quirófano y me senté en una de las sillas que había, era bastante cómoda. Había algunos libros acerca de medicina y procesos químicos que ayudaban a su desarrollo. Eso me interesaba, al fin y al cabo yo estaba especializada en ello. Paré de leer para observar el inmenso océano que tenía ante mis ojos. No sé cuánto tiempo pasó cuando algo, o mejor dicho, alguien, me sacó de mi embelesamiento.

-¿Entiendes de medicina?

-Buenos días a ti también, Law. No, pero sí sobre procesos químicos relacionados con ella. ¿Tú eres médico o simplemente curas a las personas con tu habilidad? -quise empezar una conversación con él-.

-Soy médico. Aún así, mi fruta no la puede usar alguien que no tenga conocimiento médico -para mi sorpresa, se sentó en una silla a mi lado-.

-Esa fruta es muy poderosa. ¿Es de tipo paramecia? -Law se sorprendió al oír esto-.

-Sí, ¿has oído hablar de ella?

-Creo que sí, solo que no recuerdo muy bien cuándo -dirigí mi vista al mar, de nuevo-. Tengo muchas cosas borrosas en mi mente, parezco una anciana -dije riéndome-. ¿Cómo la obtuviste? -al ver que no respondía, rectifiqué- No hace falt -pero me cortó-.

-La comí de pequeño. Una enfermedad me afectó mucho y comerla era mi única posibilidad de sobrevivir -por un momento me hubiese gustado preguntarle acerca de aquella enfermedad, de cómo fue su infancia, cómo fue su familia, cómo consiguió la fruta, todo. Pero sé que aún no confiaba en mi lo suficiente, debía ser paciente, así que me limité a preguntar lo justo y necesario-.

-Tuviste suerte entonces -pero pude ver cómo estas palabras le afectaron-. Sea quien sea quien te ayudara, gracias a esa persona estoy hoy aquí, así que yo también le debo una -giró su cabeza hacia mi agitadamente y pude ver su cara de sorpresa. No sé si fue por lo último que dije o porque había dado en el clavo-. ¿Estás sonriendo? Pero si el temido pirata Trafalgar Law sabe sonreír -dije con una sonrisa de oreja a oreja-.

-Cállate, idiota -pero pude ver cómo se le escapaba una pequeña sonrisa-. No olvides que hoy iremos a por las cosas necesarias para tu habitación. Además hay que desayunar, así que vamos -dijo levantándose-. ¿Desde cuándo llevas despierta?

-Pues hace un buen rato. Mi habitación debería tener vistas al océano también, sino dormiré en esta camilla para siempre -dije bromeando-.

Los dos nos apresuramos ya que Penguin y Sachi nos dijeron que el desayuno ya estaba listo. Olía demasiado rico, sin duda tenía que aprender a cocinar lo antes posible. Al llegar a la zona común me senté al lado de Penguin y en frente de Law. Bepo había preparado una comida bastante rara, no la había visto nunca. Miré a mi alrededor y los demás parecían saber qué era.

Templanza (Trafalgar Law x Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora