III: Mi pesadilla

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Estornudo sobre la abertura de mi codo, este polvo me esta matando. Chillan mis oídos al otra vez escuchar el taladro. Días han pasado desde que llegaron a arreglar mi hogar, pero si son ruidosos. Sirvo el almuerzo y lo subo, ellos ya tienen una alarma en su cuerpo que les indica cuando les hago comida así que se escuchar un silencio exquisito.

—¡Hora de almorzar! — exclamo y ahí salen todos con una gran sonrisa.

—Gracias, Sukuna.

—Nunca habíamos tenidos alguien tan buena como tú. — describen mi gran amabilidad haciéndome sentir en las nubes.

—¿Dónde se encuentra el señor Uraraka? — cuestiono al no verlo por ningún lado, sus compañeros ponen caras ante tal obviedad. —No me digan que otra vez esta abusando de su poder. — dejo los almuerzos en el suelo, me encamino hacia la ventana y ahí esta con una enorme barra de hierro. —¡Señor Uraraka, es hora de comer! — le aviso.

—Déjame poner esto en su lugar y subo, señorita Fujimoto. — responde, cruzo mis brazos molesta.

No se porque sigue trabajando si tiene una hija que es heroína y gana super mega bien. Solo me da la repuesta de que no puede parar de trabajar. Uravity, es el nombre heroico de la hija del señor Uraraka. Kenji me enseño información de ella, cero gravedad, todo lo que toca. Cosa que es excelente para cuando hay grandes destrucciones y salvar vidas, aunque también es buena en combate. Se dice que es pareja de Deku, el siguiente héroe numero uno.

—Esta todo muy rico. —agradecen todos al terminar, no les respondo. Tomo el almuerzo del señor y bajo. —Creo que va otro regaño. — susurran.

Salgo de la casa y ahí esta acomodando todo. Me acerco y extiendo su almuerzo, inflo mis cachetes dándole entender que estoy enojada. Me mira asombrado para luego sonreír, rascar su cabeza y tomar su comida.

—Gracias, señorita. — agradece haciendo una reverencia.

—La última vez estaba fatigado por hacer tanto trabajo, no tomó días libres y ahora otra vez esta exagerando. — regaño.

—No puedo parar de trabajar. — comentamos a la misma vez, siempre usa la misma excusa.

—No quiero que estire la pata trabajando para mí. — me señalo. —No podre mirar la cara redonda de su hija y decirle, su padre se exageró trabajando y murió. — paso mi pulgar por mi cuello y pongo cara de muerta.

—No voy a morir trabajando. — asegura sentándose en las escaleras de la entrada principal y abre su lonche. —Itadakimasu. — dice antes de comer.

—Tómese la tarde libre, escuche en la mañana que su hija esta libre hoy. — aconsejo estirándome ante el sol brillante.

—No tiene que hacer eso.

—Pero quiero, aunque sé que están más pendiente a mí que a reconstruir la casa. — miro hacia arriba y todos los que estaban escuchando se van corriendo hacer su trabajo. —¿Acaso están esperando que me vuelve loca y mate sin control? No era así, solo aceptaba trabajos y ganaba dinero por hacerlos. No soy una villana. — me siento al lado del hombre a lo que se ríe.

—Da miedo como describes que aceptar trabajos como asesinar es algo común y corriente. — describe.

Lo era, no sabía lo que era bueno o malo para ese entonces, pienso. Suspiro, no puedo dejarme llevar que me caiga bien y decir todos los delitos que hice. Tomo todos los patos y me pongo a limpiarlos. Al atardecer ya todos se despiden, yo salgo junto a ellos para buscar a Kenji de su club.

My #1 hero: Katsuki BakugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora