~Franccesca~
—¿Morlleeni? — Creo haber escuchado ese apellido antes pero mientras mas indago entre recuerdos no logro encontrarlo.
— ¿Eres de por aquí? — Me pregunta con un tono que no reconozco.
Se ve como una típica chica de papi y mami, con su cabello rojo hasta la cintura, su maquillaje de alta cobertura y joyería que al parecer vale más de lo que parece. Llevaba el horrible uniforme pero lograba combinar su cabello con la falda y la corbata haciendolo lucir menos asqueroso, no juzgo por las portadas (excepto a los libros), pero me alegra no recibir aires de una perra engreída.
— ¡Hey! — Chasqueó sus dedos en mis narices — ¿Eres sorda o algo?
— "Zorra" — Dije en el leguaje de señas que había aprendido hace muchos años. Reí por unos minutos al ver su rostro desorientado — La verdad..., ¿sorda? un poco, ¿Que si soy de por aquí? no mucho.
— ¿Cómo sabes lenguaje de señas?
— ¿Cómo sabes que era lenguaje de señas y no hacia solo maromas?
— Touché — Puso su mochila en la mesa para buscar algo y recoger su cabello — ¿Lo fue?
— Si — Mentí.
Volteó su cabeza para observar a los demás tarados que estábamos en clase y pude ver un tatuaje que tenia en la nuca, eran unas montañas y uno de sus lunares hacia parecer una luna o sol arriba de ellas, era como si su marca de nacimiento lo complementara.
— ¿Y tú? — Quise preguntar a pesar de saber la obia respuesta.
— No, por suerte — ¿A que se refería? ¿Muy pobres para su gusto? ¿Muy simple o algo? — Vivo pasando por Alas.
— Pero eso es afueras de la ciudad — Alas era un barrio lindo con una fea reputación en toda la punta de la ciudad.
— Sí... técnicamente no vivo en la ciudad — Sacó su teléfono de su bolsillo mientras hablaba — A mi papá y a mí nos gusta la lejanía.
— ¿Se puede saber el porqué? — Mucho misterio, no quiero sonar como una entrometida pero ella empezó con las preguntas personales y al parecer una madre presente no tenía.
— No nos gusta que se metan en nuestras vidas — Por el tono y la expresión supe que no solo se refería a la ubicación de su casa.
No hice mas preguntas y ella no habló más, como si las dos nos hubiéramos leído la mente, pero quedé con dudas ¿Por qué una chica como ella estudia aquí? ¿Qué pasó con su madre? ¿Pelearía con ella o acaso murió? Muchas preguntas, pocas respuestas y cero ganas de arruinar su cara de asco al notar como el profesor escupe al hablar.
Se acabó la tortura y ahora a caminar. Me gustaba mucho venir al colegio desde el jardín, hasta que entré a preparatoria, a todos solo les importa como te ves y quien aparentas ser, es común que a los adolescentes nos importe como no vemos y como nos perciben los otros, pero estos malditos arruinaron mi lado nerd, de hecho no lo hicieron, sigo sacando las mejores notas y estudiando los fines de semana en vez de salir, pero no lo disfruto como antes ¿Cómo chicos que trabajaban duro o nada (ilegalmente) para conseguir lo que querían eran tan despectivos? Bueno... no todos, solo había una persona que no me sacaba de quicio en todo el edificio (por no decir el mundo). Denise era mi mejor amiga desde hacia 9 años, fue la única que no se burlaba de mi cabello cuando lo traía muy corto al igual que ella; siempre lo llevé largo hasta que una niña me pintó un mechón de atrás de mi cabeza por celos a las ondas doradas que tenia y sin saber que hacer lo corté, tenia 7 y no sabía que la pintura caía con agua, o simplemente no lo pensé.
Creció mi cabello pero sin curvas, mis padres pusieron la queja en dirección, querian que echaran a esa niña pero todos sabiamso que era una exageració. Al final los padres de la iña la cambiaron de grupo y no recuerdo verla otra vez.
— Hola pececito — Denise llegó por detrás, como si la hubiera llamado con la mente. Pero no le puedo decir eso a la loca - Te adelantaste.
— Hola lobo — Ese era mi apodo favorito para la loca del horóscopo por su cabello negro en capas y desordenado, sus ojos grises rasgados y su singular buen olfato, daba miedo como podía oler cualquier cosa a metros y hasta adivinar lo que eran algunas - Perdón, mi cabeza andaba volando.
— ¿Tan mala es la nueva? — Denise estaba en mi curso pero se sentaba en diagonal a mi lugar, junto con una chica que desde 6to grado estaba loca por ella. Nos sentabamos juntas por supuesto, pero hablábamos tanto que ningún maestro nos lo permitió más y ahora su enamorada goza de su compañia.
— Le va con el nombre.
En realidad no estuvo tan mal que el señor Paggeni la hiciera mi compañera, desde que conocí a Denise no tuve una, nunca llegó nadie a ocupar ese lugar hasta hoy. Estuve en todas las clases observándola, detallando sus lunares, su cabello que al parecer no era teñido y sus anillos. Tal vez me vi muy acosadora detallándola por mas de 3 horas seguidas, pero era eso o ver cómo el maestro escupía cada fecha de eventos y guerras que no inicié yo.
— Hey — Escuché a mis espaldas y las dos giramos — ¿Las llevo? Pero solo a una casa.
Mire a mi lobil amiga esperando a que contestará por mi...
— Claro — ... Y lo hizo.
Subimos a su mercedes rojo (esta mujer tiene un problema con el color rojo), me senté en el asiento del copiloto y lobo feliz se sentó en la parte de atrás, parecía una niña pequeña subiendo a lo que ella creía un carruaje.
— ¿Y qué hay para hacer por aquí? — Habló la cereza andante y conductora mientras encendía la radio.
— No mucho, o no cosas que le interesan a las personas como tú — Dijo Denise mientras sonreía a trevés de la ventana saludando a los de primer año.
— Ah... ¿Y según ustedes como soy? — No apartó la mirada del camino.
— No, eh... se refiere a que te ves "importante" y no estamos acostumbrados a eso - Estoy acostumbrada a arreglar las cagadas de Denise. La nueva se rio como si hubiese contado el mejor chiste del siglo, miré a lobo desde el espejo y ni ella ni yo entendíamos la gracia.
— No soy la realeza, ni nadie importante — Nos miro de reojo por primer vez en todo el viaje — A ver... el año pasado me metí en algunos problemas, no pregunten, mi padre se enojó mucho conmigo así que decidió darme este "castigo".
— ¿El castigo fue cambiarte de escuela? — Se escuchó desde atrás con un tono de pena o algo por el estilo.
— Si pero no, no tengo ningún problema con las diferencias entre clases sociales. Bueno sí, mi problema es que existan porque no logro entender como hay personas que realmente se sienten más importantes que otras sólo por un pedazo de papel; es sólo un punto trozo de papel verde, me podría limpiar el orto con él.
— Inspirador — Me burlé en voz alta.
— No me creen ¿cierto?
— Sí lo hacemos, solo se me escapó — De verdad no sé porque lo dije — Es cierto, la posición, los lujos, el dinero son sólo objetos vacíos.
— ¿Pero no te gusta tener esta vida? — Preguntó lobo.
— Sí, aunque es la unica vida que conozco. Pero bueno, mi padre no se molestó en darme otro castigo que este — Se detuvo en un estacionamiento.
— Hablas mucho de tu padre ¿Podemos conocerlo?
— ¡Denise! — Gruñí y me miró como cachorro regañado.
— Tranquila — Se volteo a verme y soltó su cabello - Podrían pero no lo veo hace 1 mes y no ha salido de casa, siempre está en su despacho y si yo que vivo con él no lo veo, ustedes probablemente no lo vean nunca.
— ¿Por que no nos cuentas lo que hiciste por este castigo ejemplar?
— Ya habrá un momento para eso.
Ninguna dijo otra palabra en el trayecto hasta mi casa, el ambiente era tenso pero no imconodo, era una sensacion rara a la que sin saber pronto me acostumbraria.
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ASMODEO
Teen FictionAsmodeo es uno de los 7 principes del infierno, encargado de llevar al hombre dentro de las turbias aguas de la lascivia y condenando esas almas en el segundo circulo del infierno. La lujuria será la protagonista de esta historia cuando Franccesca...