~Franccesca~
- ¡FIESTA! - Anunció Mal a gritos mientras entraba en la sala.
Solo habían pasado dos semanas y ya se había convertido la chica más papular de este mugrero, pero ¿cómo no esperarlo? si es hermosa, divertida y millonaria.
- Tú vas, cierto? Pececito - Llegó imitando a Denise.
- ¡Hey! - Saltó alguien en diagonal a mi lugar - ¡Solo yo puedo decirle así!
- Ustedes son raras con sus nombres de animales - Rio sarcásticamente.
- Tranquila Mal, tu eres Rosita fresita.
- Me gusta el rojo, no el rosa - Se defendió luego de que todos rieran al escucharme - Idiota.
Durante estos dias le he agarrado cariño a la nueva, podíamos entendernos tan bien que a veces ni era necesario abrir la boca, sólo con Lobo había podido sentir esa conexión, pero al parecer se puede agregar un tercer integrante sin que se vaya todo al carajo.
- ¿Fiesta de qué? ¿Cumples años? - Habló un chico de al lado.
- No se necesita envejecer para beber mientras bailas - Y tenía razón, por estos lados no se hacían muchas reuniones ya que se sabía que algo malo iba a pasar, alguna chica salía embarazada a las semanas, amenazas, alianzas peligrosas entre los carteles del barrio con los carteles vecinos o algo - Hay que divertirse, es viernes.
- Voy si dejas de gritar.
- Eres la mejor - Me abrazó con intensidad - ¿Llegas temprano?
- Tengo que ir a trabajar pero cuando salga corro hacia tu casa - Dije con el rostro escondido entre las páginas de La Ladrona De Libros antes de que la maestra llegara hacer una prueba.
No podía llegar tarde a trabajar, por fin había conseguido que me aceptaran siendo menor de edad, pero un señor amigable me permitió trabajar en su cafeteria. Es un lugar pequeño pero bonito, al entrar se siente un ambiente relajado, con mesas de madera y sillones antiguos, en todas las paredes se pueden ver estanterías repletas de libros antiguos y pocos nuevos, y al fondo están la cocina, una estantería de postres y el mostrador.
- Ya llegué, señor Vicenzo - Dije llegando en puntas. El señor Vicenzo Ajax tenía al rededor de 70 años así que de vez en cuando se quedaba dormido en la caja o en uno de los sillones cerca de las bibliotecas.
- Franccesca, niña - Despertó asustado - ¿Qué pasa?
- Nada, ¿Lo desperté? - Era obvio que lo desperté, estúpida - ¿Quiere que haga algo?
- Pobre niña, saca la basura y atiende la tienda por mi - Le costó levantarse - ¿Si?
- Claro que sí, señor Vicenzo - Dije mientras lo ayudaba.
Se dirigió al segundo piso dónde vivía y proseguí con mi trabajo. Saqué la basura de los baños y de algunas canastas ubicadas en las esquinas del lugar, pesaba demasiado así me costó un poco.
- ¡Corran, corran, corran, corran! - se escucharon unos gritos en la parte de atrás.
Abrí la puerta despacio para ver que estaba pasando, cuando de inmediato alguien entró y me empuja para cerrar la puerta.
- ¡¿Pero qué mierda?! - Alcance a decir antes de que me cubriera la boca con su mano que olía a pólvora.
- ¡AH! ¿Que mierda contigo? - Gruñó en el momento en el que le pude morder un dedo para hacer que me soltara.
- ¡Tú me atacaste! - ¿Porque le estoy dando explicaciones a este? - Salte mejor, vete, vete.
- Claro que no ¿estás loca? Me persiguen.

ESTÁS LEYENDO
ASMODEO
Teen FictionAsmodeo es uno de los 7 principes del infierno, encargado de llevar al hombre dentro de las turbias aguas de la lascivia y condenando esas almas en el segundo circulo del infierno. La lujuria será la protagonista de esta historia cuando Franccesca...